Ideada por sus consejeros “de cabecera”, Luis Videgaray y Aurelio Nuño, quienes lo convencieron desde el inicio de su administración de que era “la mejor estrategia” de política comercial para el país y un “contrapeso” a la “dependencia excesiva” de la economía de Estados Unidos, la relación de Enrique Peña Nieto con China le ha traído más golpes y tropiezos que beneficios al presidente y a su gobierno.

Por razones geopolíticas y de protección de sus intereses, Washington ve con recelo y alarma el acercamiento de Peña con los chinos. Y con el argumento de la amenaza de una “guerra comercial” en la que China pudiera utilizar a México para acceder a información reservada y utilizarla en su contra, la administración Obama ha buscado torpedear, de distintas maneras, la relación entre su vecino y socio —visto para efectos estadounidenses como su “patio trasero”— y el poderoso gigante de Oriente.

El caso más gráfico del disgusto de EU por la cercanía del gobierno mexicano con China se produjo en noviembre de 2014, con la licitación del tren rápido México-Querétaro, otorgada a China Railway, abruptamente cancelada por orden directa del Presidente, ante la amenaza de denuncias de corrupción y favoritismo en foros internacionales de otras empresas participantes. Ya cancelada la licitación —que le costó a México 16 mdd de penalización— a Peña le estalló en pleno viaje, justamente hacia China, el peor escándalo de corrupción, al revelarse la Casa Blanca de 7 mdd propiedad de su esposa Angélica Rivera.

El tema ha aflorado incluso en la actual contienda presidencial estadounidense. En el reciente debate entre Hillary Clinton y Donald Trump, China salió a relucir como una amenaza para las relaciones comerciales entre Estados Unidos y sus socios comerciales, como México. Clinton se refirió al riesgo de que “información reservada” pueda ser utilizada por los chinos en una “guerra comercial” contra el vecino del norte y sus socios comerciales. “Creo que la guerra cibernética será uno de los retos más grandes que enfrentará el próximo presidente de Estados Unidos… debido a los ataques dirigidos por naciones contra organizaciones públicas y privadas de nuestro país. Ante ello, defenderemos los intereses de nuestros ciudadanos y organizaciones”, advirtió la demócrata.

La política peñista de acercamiento a China se mantiene, pero a raíz de las presiones estadounidenses en México se ha intentado restringir la participación de empresas chinas en licitaciones del gobierno federal, sobre todo en áreas donde pueden tener acceso a información privilegiada sobre estrategias comerciales de Estados Unidos. Pero con todo y esas restricciones, basadas en prácticas de dumping, piratería tecnológica y malas medidas de seguridad, las empresas del gigante asiático han encontrado la forma de evadir dichas restricciones mediante alianzas amañadas e ilegales con empresas mexicanas.

Y si Clinton ve en China y su cercanía con México una amenaza, el candidato republicano Donald Trump podría utilizar el argumento de la presencia de empresas chinas en territorio mexicano en su embestida para cancelar el TLC. Ya en el primer debate Trump acusó a México de “facilitar a los chinos y a los rusos prácticas de dumping y alianzas para ganar mercados en Estados Unidos”, en perjuicio de los empleos en su país.

La pregunta es si, a pesar de lo costoso que ha resultado hasta ahora el acercamiento con China, el gobierno de Peña Nieto insistirá en permitir la penetración de empresas chinas en áreas estratégicas como la Administración Tributaria, las Aduanas, Comunicaciones y Transportes y hasta Seguridad Nacional. Si lo hace —como se rumora en algunas dependencias, donde se habla de licitaciones en esas áreas que favorecen a los chinos— Peña estaría dando pie a lo que, desde el otro lado del Río Bravo, tanto demócratas como republicanos, ven como la “gran amenaza”.

NOTAS INDISCRETAS… Casi tres meses le llevó al presidente del PRI, Enrique Ochoa, designar a su Comité Ejecutivo Nacional. El retraso ya era tema de cuestionamiento de priístas a su dirigente, pues nunca en la historia de ese partido tardó tanto la integración del CEN. Ayer Ochoa dio a conocer al grupo que acompañará su dirigencia. En los nombres predominan políticos del grupo mexiquense, de Hidalgo y de Emilio Gamboa. Cercanos a Luis Videgaray: Jorge Carlos Ramírez Marín y el propio Ochoa. Carolina Viggiano, cercana a Miguel Osorio. Nancy Sánchez y Yulma Rocha, cercanas a César Camacho; el control financiero del PRI sigue a cargo de Luis Vega, cercano al presidente Peña Nieto, y del grupo de Emilio Gamboa, Héctor Gómez Barraza, Blanca Alcalá, Arturo Zamora , Ivonne Alvárez y Roberto Albores. Al único que habría metido directamente Ochoa Reza es a Mauricio Ortiz, secretario adjunto… Los dados mandan Escalera doble. Buen tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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