Convertida en espectáculo nauseabundo y vergonzoso que daña la imagen de un estado productivo y de sus habitantes, la transición de gobierno en Veracruz es hoy una guerra de lodo y un proceso nocivo para la entidad. Los odios y fobias personales del gobernador entrante y del saliente los han llevado a protagonizar uno de los capítulos más penosos que se recuerden en la política mexicana. Acusaciones, denuncias penales, descalificaciones y adjetivos a granel son parte de esta guerra personal entre los dos mandatarios impuesta perversa y cínicamente a todos los veracruzanos y a los mexicanos en general.

Todo eso ocurre desde hace varios meses, en las campañas y después de la elección, sin que autoridad federal alguna intervenga para llamar al orden a los actores del lamentable enfrentamiento. ¿Dónde está el secretario de Gobernación y responsable de la política interna, Miguel Osorio Chong, para exigir un comportamiento ético al gobernador en funciones y al electo? ¿Dónde están los dirigentes de sus partidos, PRI y PAN, para llamar a sus militantes a guardar compostura y no denigrar la política y a sus partidos? ¿Por qué las autoridades de procuración de justicia, estatal y federal, se prestan a la lucha de lodo filtrando información, datos y expedientes de investigaciones en curso que debieran por ley tener secrecía?

La ausencia de operación política y de gobernabilidad ha contribuido a que, lo que debiera ser un proceso de transición de poderes civilizado y apegado a las leyes, se torne en un reality show de la política en el que dos personajes sin cordura ni escrúpulos anteponen sus pasiones personales al interés público de todo un estado. Y es cierto, a los veracruzanos les gusta la grilla y como pocos estados, viven apasionadamente la política; pero lo que vienen presenciando ya cansa y asquea a los habitantes, que encima padecen el saqueo de recursos por la corrupción, inseguridad y violencia que agravan y hasta las muertes y afectaciones recientes del huracán Earl.

¿Sería mucho pedir a los dos cínicos que paren sus desfiguros y hostilidades hasta que se conozca el fallo definitivo del tribunal electoral federal sobre las pasadas elecciones de gobernador en Veracruz? ¿No podría el señor Yunes entender que, aunque él haya ganado, aún hay un gobernador en funciones, cuestionado y todo pero gobernador? ¿No podría Javier Duarte mostrar un poco de estatura política y aceptar que hay un gobernador electo que tiene, por lo pronto, una constancia de mayoría emitida por el OPLE local? ¿No podrían ambos dejar de lado sus odios mezquinos y ponerse a trabajar por las familias de los 12 muertos y los 48 municipios donde Earl causó desastre?

Ya sabemos que, tratándose de Javier Duarte y Miguel Angel Yunes, es pedir peras al olmo y pecar de ingenuidad, pero da rabia ver que un estado conocido por su alegría, su belleza y recursos naturales y sobre todo por el trabajo de su gente, hoy sólo sea noticia por los disparates y ocurrencias de un pleito de dos sujetos que no merecen llamarse políticos, pues su burdo comportamiento es la antítesis de la política y denigra —si se puede más— a una actividad ya de por sí desprestigiada y repudiada en México.

NOTAS INDISCRETAS…Otra que se ha visto muy mal en Veracruz es la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, pues aun cuando el gobierno de Duarte maltrató y quitó recursos a la universidad, no tenía por qué meterse en el pleito y politizar el conflicto al acercarse al gobernador electo. Tradicionalmente la UV y su comunidad han sido neutrales en las grillas locales y han defendido su autonomía, pero ahora por allá dicen que doña Sara, en su afán de ser la próxima secretaria de Educación del estado, no dudó en acercarse a Yunes. A ver si de tanto arrimarse no se quema…De los mejores libros que se han editado en México para entender el fenómeno de Donald Trump y los riesgos que representa para nuestro país el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Diseccionando a Trump es un texto que compila ensayos de Luis Farías Mackey, Hugo Rodríguez Barroso, Gaby Soulé y Daniel Aceves Villagrán, todos académicos y analistas que responden en sus textos a preguntas que nos hacemos todos los mexicanos: ¿Estamos ante el inicio de un nuevo Estado fascista? ¿El país líder de la democracia y las libertades iniciará un nuevo genocidio o una guerra? ¿Cómo responder a los ataques de Trump y cómo afectarán sus propuestas a la economía de México o a la de Estados Unidos? Vale la pena leer el interesante análisis documentado y crítico de estos autores… Serpiente doble. Tropezón de los dados.

sgarciasoto@hotmail.com

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