Si el gobierno federal cedió y facilitó la liberación de los dirigentes de la Sección 22, a los que se les fijó fianza para que sigan su proceso judicial en libertad, la pregunta es ¿cuándo la CNTE cederá y retirará sus bloqueos, plantones, agresiones y cierres carreteros que hasta anoche tenían estrangulada la circulación y la vida de los habitantes de varios municipios en Oaxaca y en Chiapas? Porque, a pesar del diálogo en la mesa de Bucareli, el magisterio disidente continúa provocando graves daños al abasto de alimentos, gasolina y a la economía de los habitantes de ambos estados (hasta en mil 700 millones de pesos se estiman las pérdidas en Oaxaca) además de afectar el libre tránsito y hasta el paso de vehículos procedentes de la frontera chiapaneca con Guatemala.

Da la impresión de que el gobierno del presidente Peña Nieto, que insiste en que “no se negociará la ley”, ha sido hasta ahora el único que ha cedido en la Mesa de Diálogo instalada en Bucareli, mientras que los líderes del movimiento disidente del magisterio no dan nada a cambio y mantienen, junto con su posición irreductible de querer que se derogue toda la reforma educativa, los actos de presión que están asfixiando a la población civil y provocando situaciones ya incluso de emergencia en el abasto de comunidades rurales cuyo sistema de suministro depende totalmente de los programas de gobierno como Diconsa.

Porque la mesa de diálogo, aunque ha tenido avances, no es algo que vaya a resolverse en lo inmediato y, según comentan en Gobernación, las negociaciones “van para largo”, ante las posiciones irreductibles de la Coordinadora en el tema educativo. Por ejemplo, la noche del lunes sólo se concretó la liberación de Rubén Núñez y la de Francisco Villalobos, pero cuando iban a avanzar hacia una propuesta del gobierno para analizar un esquema de adecuaciones a la evaluación educativa en los estados que abandera la disidencia (Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Guerrero), los acuerdos se trabaron y la discusión se tensó porque la CNTE volvió al planteamiento radical: “derogar la reforma educativa”.

El gobierno pidió revisar “problemas específicos” como el pago de salarios, la situación de los maestros paristas o las adecuaciones para garantizar la equidad de los maestros de las zonas más marginadas en temas como la evaluación, pero los representantes de la Coordinadora no se movieron ni un milímetro: revisión y cancelación de toda la reforma. En ese punto ya no hubo ningún avance y pasada la media noche, después de discusiones ríspidas que fueron subiendo de tono, se canceló la reunión y acordaron reanudar hoy con el tema Nochixtlán y la presencia de los padres y familiares de las 10 personas muertas durante el enfrentamiento con la Policía Federal.

El lunes, desde Canadá, donde se encuentra de visita, el presidente Peña Nieto mandó dos mensajes que iban dirigidos al diálogo de su gobierno con la CNTE: “La ley no se negocia” y “no caeremos en provocaciones”. En ambos casos las declaraciones presidenciales tuvieron que ver con los reportes que le mandaron desde Bucareli avisándole que, a pesar de la señal que dio el gobierno, al facilitar la salida de los líderes oaxaqueños a través de una fianza, la exigencia de los negociadores del magisterio disidente seguía siendo tumbar la reforma completa y continuaban los bloqueos y plantones en carreteras de Chiapas y Oaxaca, lo que aumentaba la presión de grupos como los empresarios que pedían operativos de desalojo con la fuerza pública.

Esa fue la otra exigencia que los líderes del Consejo Coordinador Empresarial y de la Coparmex le hicieron el martes 21 de junio al Presidente en Los Pinos, además del cambio a la Ley 3de3: que liberara los bloqueos carreteros en Oaxaca y Chiapas que afectan a empresas y negocios y provocan millonarias pérdidas económicas. “Aplique la ley, Presidente”, le pidieron los dirigentes empresariales. Ayer a ese llamado se sumó la Comisión Nacional de Derechos Humanos que pidió detener las acciones que “afectan a terceros” por parte del magisterio disidente y condenó también la humillación y vejación de dos policías federales por parte de maestros, ocurrida el lunes cerca del aeropuerto de Oaxaca.

Pero ayer la posición del gobierno federal era “no caer en provocaciones”, y para aliviar los problemas de escasez mandaban víveres y alimentos a las zonas bloqueadas por “medios alternativos” y a través de la Sedesol, pero el desabasto y las largas filas de vehículos y transportes parados en las carreteras seguían y la escasez de gasolina afectaba a cada vez más municipios chiapanecos y oaxaqueños. ¿Hasta dónde va a permitir el gobierno que se siga afectando a la población civil y el libre tránsito si la CNTE no cede en posiciones irreductibles y el diálogo no resuelve los bloqueos?

sgarciasoto@hotmail.com

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