Aún con el enorme hartazgo y rechazo ciudadano hacia los partidos políticos que priva en todo el país, todo apunta a que el 5 de junio no será un buen día para los candidatos independientes que contienden en las elecciones locales de 13 estados. La sumisión a intereses políticos o empresariales, las fuertes trabas y limitaciones en recursos económicos y tiempos de publicidad que les impusieron las leyes estatales, sumado a la falta de carisma y creatividad en sus campañas, hizo que en estos comicios muy pocos abanderados sin partido lograran impactar y ganar simpatías en los electorados de las entidades en disputa.

Quizá salvo dos aspirantes, que llegarán en condiciones competitivas a las votaciones del próximo domingo, el comunicador Armando Cabadas en la elección por la alcaldía de Ciudad Juárez y el ex panista y ex perredista Gastón Luken, por la alcaldía de Tijuana, el resto de los ciudadanos sin partido que se postularon en estas elecciones terminan en muy bajos niveles de intención de voto: La mayor decepción fue el caso de José Luis Barraza, en Chihuahua, a quien sus compromisos con empresarios como Valentín Diez Morodo y otros capitanes del estado, parecen haberlo limitado en sus márgenes de acción, al grado de que se rumora que ni siquiera le permitieron declinar en favor del panista Javier Corral, como ambos habían pactado al inicio de las campañas.

El escaso crecimiento de los independientes en estas campañas representa un revés para la opción ciudadana, luego del avance que se logró en 2015 con el triunfo del primer gobernador sin partido, Jaime Rodríguez El Bronco en Nuevo León, y complica el escenario para los candidatos apartidistas en la sucesión presidencial de 2018, pues el entusiasmo que habían despertado los ciudadanos sin partido parece haber decaído en estos comicios por causas que no están del todo claras, cuando persiste el descontento y enojo ciudadano hacia la clase política.

Ni siquiera el apoyo de El Bronco, que impulsó desde sus plataformas y redes sociales a varios independientes en distintos estados, resultó efectivo, ni ayudó a crecer las candidaturas ciudadanas; hubo casos como el del ex panista Juan Bueno Torio, en Veracruz, que con todo y la guerra de lodo y acusaciones que protagonizaron los candidatos de los partidos y el enorme enojo social por el gobierno de Javier Duarte, logró capitalizar esas circunstancias y termina la campaña con menos de 4% de intención de voto.

¿Se podría repetir ese fenómeno en la elección presidencial? Todo indica que no, porque la ley electoral federal es mucho más equitativa para los independientes; pero lo que sí puede ocurrir en 2018 es que los independientes, si no se unifican y lanzan varias candidaturas, terminen por nulificarse entre sí y haya algunos que, deliberadamente o no, terminen haciéndole el juego a los partidos al fragmentar el voto apartidista y ayudar a que las estructuras y maquinarias de los partidos ganen la Presidencia con porcentajes de menos de 30% de la votación. Entonces sí se acabaría el incipiente y malogrado “poder ciudadano”.

NOTAS INDISCRETAS… Ayer en el Día de la Marina, cuando el presidente Peña Nieto anunció una inversión de 62 mil millones de pesos para ampliar la capacidad de carga en los puertos mexicanos, fue interesante ver juntos, en la foto, a los secretarios de Marina, almirante Vidal Soberón, y al de Comunicaciones, Gerardo Ruiz Esparza. Sobre todo después de que subalternos suyos protagonizaron en los últimos meses una guerra política soterrada para cabildear, los marinos a favor y los ingenieros de la SCT en contra, las reformas a las leyes de puertos y de Navegación y Comercio Marítimo que se discute en el Senado. Y es que, en esa ley, el Presidente propone darle a la Semar el control de los puertos que hoy tiene la marina mercante, lo que provocó un intercambio de acusaciones y señalamientos entre las dos dependencias en la prensa y en columnas políticas. La iniciativa, como muchas otras en el Senado, quedó para mejor ocasión y ayer a los dos secretarios se les vio de lo más sonrientes en Manzanillo junto al Presidente… El edificio sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cumple hoy 75 años. En 1942 el presidente Ávila Camacho entregó el inmueble a la Corte, que antes de eso paso 127 años, desde su creación en 1814 por José María Morelos, sin contar con una sede propia. El edificio es considerado una joya arquitectónica y en su conmemoración los billetes de la Lotería, en el sorteo del pasado martes, mostraban la foto de la sede de la Suprema Corte… Los dados mandan Escalera doble. Buen tiro.

sgarciasoto@hotmail.com

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