Sí, así será, sin exageración alguna, este planeta donde los mexicanos estamos incluidos: antes de Trump y después de Trump. Sólo que ahora se trata de un anticristo predicador del odio, la guerra, la destrucción, la injusticia y la supremacía de la raza blanca sobre todas las demás.

Para quienes me señalaron que estaba exagerando cuando dije que ya nos había declarado la guerra ahí están sus palabras de antier: “he ordenado revisar acuerdos migratorios de los que se ha abusado”, en una clara alusión a su amenaza de regresarnos a 900 mil jóvenes del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), de la que el New York Times ha dicho que “deportar a los dreamers —que son jóvenes de probada valía en escuelas y trabajos— sería un crimen gratuito”; en la misma declaración, dijo que no perdería tiempo y que el mismo día de su llegada a la Casa Blanca el 20 de enero sacaría a Estados Unidos del “desastre potencial del Tratado Transpacífico” para buscar acuerdos bilaterales con cada país, lo que es un claro anticipo de lo que nos espera con el TLC.

Y para quienes argumentaban que ya en la presidencia Donald Trump moderaría su belicoso discurso de campaña y ponderaría sus actos, déjenme decirles que no hemos visto nada aún: Trump está envalentonado y cada día se endurece y enfurece todavía más; porque está total y absolutamente convencido de que eso lo legitima ante sus rabiosos seguidores, a pesar de haber tenido un millón de votos populares menos que Hillary Clinton. Las designaciones en su gabinete no dejan dudas de lo que será su horroroso estilo de gobierno: una horda de jinetes del apocalipsis seleccionados en el más recalcitrante extremo de la extrema derecha. Aquí, algunos ejemplares: Steve Bannon, será Estratega Principal y Consejero Superior de Trump, ex oficial naval y promotor de la supremacía de la raza blanca en EU; Jeff Sessions ejercerá como procurador de Justicia, sistemático opositor a cualquier acuerdo de regularización de migrantes ilegales; Mike Pompeo tendrá la dirección de la CIA, sirvió en las fuerzas armadas desde la caída del muro de Berlín y es guerrero de tiempo completo; y el rudísimo Rudolph Giulianni, quien quiere ser secretario de Estado, pero suena también para embajador nada menos que en México, que será un cargo clave para cumplir las amenazas trumpistas.

Me cuentan que este lunes Trump convocó a un encuentro off the record en su torre de Nueva York a un grupo de altos directivos de las grandes cadenas como CBS, NBC, ABC, CNN y FOX, con sus principales conductores, a quienes recibió con dos frases escalofriantes: “sé que me encuentro en un cuarto rodeado de mentirosos durante mi campaña… espero que hagan bien su trabajo de aquí en adelante”; ahora, todos estos medios saben que su preciada libertad de expresión está más amenazada que nunca. En cambio, los que gozarán de toda libertad son los racistas asesinos del Ku Klux Klan, quienes anuncian una gran marcha nacional para festejar el triunfo de Trump y su llegada a la Presidencia de Estados Unidos.

En nuestra Presidencia de acá, instalamos un teléfono para orientar a nuestros paisanos de allá ante las amenazas del monstruo. Nada más.

Periodista.

ddn_rocha@hotmail.com

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