Si el cómico viviera exigiría pago por derechos de autor y es que el exceso con que se le imita es ofensivo. Las palabras merecen consideración cuando se dicen con franqueza y al general Salvador Cienfuegos le han faltado al respeto con el atroz cantinfleo.

El secretario de la Defensa decidió subir el tono de su argumentación para señalar la irresponsabilidad que los gobernantes mantienen con respecto a la permanencia de los soldados en las calles.

Aludió con enojo a cada uno de los poderes de la República: a los gobiernos locales los acusó de ser incapaces para reformar a sus policías.

Al Poder Judicial le reclamó su ineficacia a la hora de implementar una nueva ley penal que de nada ha servido para encarcelar a los criminales.

Al Poder Legislativo lo señaló por impreciso a la hora de formular las instrucciones y normas que deben regir al Ejército y la Marina.

Y al Poder Ejecutivo lo denunció de ser políticamente omiso a la hora de resolver las ambigüedades que mantienen a los militares en estado de indefensión jurídica.

¿Así o más claro?

Cienfuegos agregó además que hoy es inconstitucional la actuación del Ejército y la Marina cuando enfrentan a la delincuencia. No dijo —como afirma la Suprema Corte— que estuvieran actuando dentro de los márgenes de la Constitución, sino apartados de esa frontera.

Añadió también que los soldados no se han formado para perseguir delincuentes y por tanto se hallan en permanente riesgo de violar derechos humanos.

Y remató considerando la posibilidad de que él, primero que nadie, levante “no una sino dos manos” para regresar a los cuarteles.

Cabe estar en desacuerdo con el general Cienfuegos pero lo único que ese hombre no debió recibir fue la respuesta rocambolesca que le propinaron.

Frente a su honestidad habría sonado ofensiva aquella tontería de Luis Echeverría: “no nos perjudica ni nos beneficia, sino todo lo contrario.”

Y sin embargo me temo que Enrique Peña Nieto logró superarla cuando respondió al secretario de Defensa: “más allá del contexto o de la descontextualización que hubiesen hecho o expresado, coincido plenamente con él”.

¿A qué contexto se refirió el presidente? ¿A los diez años frustrantes de intervención militar dentro del territorio nacional? ¿A los más de 200 mil muertos? ¿A la abultada lista de violaciones a los derechos humanos? ¿A la inconstitucionalidad?

¿Qué quiso decir el presidente con descontextualización? ¿Supone que los medios malvados tergiversaron las declaraciones del general? ¿Considera el presidente fuera de contexto el que su secretario de la Defensa hable como habló? ¿O quizá no sabía el jefe del Estado mexicano que dentro de las Fuerzas Armadas el contexto vigente se juzga ya como intolerable e insostenible?

¿En qué coincide exactamente Peña Nieto con el general? ¿En que Cienfuegos no vaya a levantar una, sino dos manos, como acto de rendición? ¿En que los gobernadores son unos irresponsables? ¿En que el poder Judicial es incapaz? ¿O en que el Legislativo ha sido omiso? ¿Acaso también coincide en que la Secretaría de Gobernación (y la presidencia) no han hecho lo necesario para encontrarle una salida legal a la ambigüedad.

Lo dicho: el Ejército y la Marina mexicana no se merecen un trato cantinflesco y ese ha sido el que han recibido, no de ahora, sino desde hace diez años en que las instrucciones para los soldados —parafraseando a Peña Nieto— se contextualizan y descontextualizan sin haber hecho o expresado (nada con precisión), pero coincidiendo plenamente con ellos.

¿Qué militar puede actuar con responsabilidad cuando tiene por encima un mando civil tan, pero tan Cantinflas?

ZOOM: Las dos iniciativas que hay en el Congreso para legislar sobre la actuación de las Fuerzas Armadas frente a la delincuencia no resuelven la ambigüedad reclamada. Como escribió Catalina Pérez Correa en estas páginas, solo pretenden prolongar un paréntesis de inconstitucionalidad que ni el Ejército ni los civiles nos merecemos más.

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@ricardomraphael

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