No, la siguiente historia está lejos de la fantasía.

Es una historia tan real como el mesías de la política mexicana, quien parece dispuesto a competir con el mismísimo Francisco en la consumación de verdaderos milagros.

Y es que en su papel estelar de deidad, alteza serenísima y superioridad política, ética y moral, el señor Andrés Manuel López Obrador nos regaló la más formidable estampa de su larga historia pastoral y política.

Regaló a los mexicanos —en vísperas de la llegada del papa Francisco—, un milagro que empequeñece al de los panes y los peces; milagro propio de su bondad infinita, capaz del perdón selectivo de la diabólica “mafia del poder”.

Sí, aunque resulte increíble —y por ello milagroso—, el mesías López mandó un guiño al jefe de la “mafia del poder” para decirle que en la Morena lopista hay lugar para que priístas como Carlos Salinas puedan redimir sus pecados.

Y es que en una joya del desequilibrio mental, López pontificó no en el Jordán sino cerca del río Tepetitán —en Tabasco— que “todo el que está en el PRI, pero se arrepiente de todo lo que hizo mal y decide pasarse a Morena, puede ser perdonado. Al momento que (un militante) se sale del PRI, se limpió”.

¡Aleluya..! En el cielo de Morena hay lugar para Carlos Salinas.

No, reiteramos, no es broma. Es un verdadero milagro que empezó a forjarse el 3 de junio de 2015, cuando la página oficial de López Obrador publicó la siguiente advertencia: “Alertó AMLO que la mafia del poder tiene un plan para aplastar a Morena en Tabasco”.

Además, el texto reproduce una cita del propio López, quien durante un mitin recreó la cita bíblica de la expulsión de los mercaderes del templo, en versión tropical: “El candidato del PRI ya saben ustedes quién es, es el corrupto, el tal Evaristo (Hernández), y el candidato del PRD se echó a perder por completo, se llama Gerardo Gaudiano”. De esa manera fustigó uno por uno a los traidores a su credo.

El 19 de enero, el citado Evaristo Hernández entendió el mensaje divino y renunció al PRI, en espera del perdón divino. ¿Y qué creen? En efecto, el milagro se hizo. El pasado martes, Evaristo Hernández se unió a la Morena de Obrador. No conforme, lanzó un tuit que pregona “Es un honor, estar con Obrador”.

Pero el milagro debía ser proclamado ante los fieles, no en el Jordán, sino en su similar de Tabasco. Andrés Manuel organizó un mitin a las puertas del templo de Morena en Tabasco, en donde sentenció el poder infinito de su credo y pregonó el milagro de la fe. Dijo: “Todo el que está en el PRI, pero se arrepiente de todo lo que hizo mal y decide pasarse a Morena, puede ser perdonado. Al momento que (un militante) se sale del PRI, se limpió”.

Con los ojos inundados por el llanto, producto de la emoción del perdón, Evaristo Hernández alzó el corazón al cielo y exclamó: “No me siento ofendido. Al calor del discurso uno se enciende y hay veces que uno dice cosas que no quiere decir. No tengo la piel tan sensible”. AMLO lo había purificado.

En el mitin de purificación de Evaristo, Andrés López advirtió que Morena, es decir, él mismo, “sólo se reserva el derecho de admisión si Arturo Núñez, Peña Nieto, Felipe Calderón, Vicente Fox, Manuel Andrade o Manlio Fabio Beltrones, quisieran ingresar a Morena”.

¡Milagro..! ¡Milagro..! en Morena hay un lugar para Carlos Salinas.

Los dementes de la política; dementes que aspiran a la silla presidencial; dementes que en nombre del mesías roban el dinero ciudadano, con el cuento de salvar a la patria.

Al tiempo.

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twitter: @ricardoalemanmx

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