Al escritorio de Francisco Guzmán Ortiz, jefe de la oficina de la Presidencia de la República, llegan periódicamente informes de las actividades políticas de Manlio Fabio Beltrones. El más reciente sugiere que el ex presidente del PRI opera para desmarcarse del gobierno de Enrique Peña Neto y quitarse el lastre de sus errores, de cara a las elecciones presidenciales de 2018.

Lo que el análisis devela es una especie de marcaje personal que desde Los Pinos se ejerce sobre el político sonorense. Y no porque esté rota su comunicación con el Presidente, con quien se ha reunido en al menos tres ocasiones desde que renunció al liderazgo del PRI el pasado 20 de junio, sino porque él y su círculo cercano saben que Beltrones no se ha retirado de la política y que trae consigo una estrategia electoralmente viable centrada en la conformación de gobiernos de coalición, y atractiva no sólo para un sector del priísmo, sino coincidente con planteamientos del PAN, del PRD y hasta de Morena, aunque el propio Presidente la haya descalificado por lo cerrado de los tiempos.

El informe refiere el reciente viaje del sonorense a Estados Unidos, donde participó como analista en la cobertura informativa de la nueva cadena nacional de televisión, pero también dictó una conferencia en el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington, donde se acercó a académicos y políticos, sobre todo afines a la candidatura de la demócrata Hillary Clinton.

Los Pinos interpretó esos encuentros de Beltrones como una forma de marcar distancia del mal operado viaje a México del republicano Donald Trump, y ganar apoyos de quien la casa presidencial y el propio sonorense veían como ganadora de la elección estadounidense. Pero Hillary perdió, por lo que la maniobra fue considerada inútil.

Pero el análisis considera que, si alguna ganancia tuvo ese viaje para Beltrones, fue la de probar que no tiene ningún problema en ingresar a Estados Unidos, pese a las versiones mediáticas de que es investigado por la DEA por presuntos vínculos con el narcotráfico cuando era gobernador de Sonora.

En lo local, el informe repasa la promoción que Beltrones ha hecho de su propuesta de gobierno de coalición, primero en la presentación del libro ¿Poder para qué?, de Eduardo Robledo (8 de octubre), en el que se enfatiza en esa idea, ante la certeza de que el candidato que gane la Presidencia en 2018 lo hará con poco más de una cuarta parte de los votos, lo que haría prácticamente imposible su gobierno; y después, en un foro convocado por la corriente perredista de Los Galileos (19 de octubre), donde se detalló que si el ganador de los comicios no alcanza 42 por ciento de los votos ni mayoría legislativa, quedaría obligado a formar un gobierno de coalición con otras fuerzas políticas. El ganador tendría que registrar ante las Cámaras un programa y agenda legislativa comunes, y su gabinete debería ser avalado por el Congreso, con excepción de los titulares de la Defensa, la Marina y Seguridad Pública.

El análisis llegado a la oficina de la Presidencia no soslaya que este planteamiento, tendiente no sólo a generar la legitimidad de un gobierno, sino la gobernabilidad de un país, es compartido por el PAN y el PRD, pero también por otros pesos pesados de la oposición como Diego Fernández de Cevallos y Cuauhtémoc Cárdenas, incluso por López Obrador. Sugiere además que podría ser la piedra de toque para que amplios sectores del PRI apoyaran la candidatura presidencial de Beltrones o que fuerzas como el PRD o Movimiento Ciudadano analizaran la posibilidad de ofrecérsela.

Pero el análisis también habla de un plan B del sonorense: buscar nuevamente una posición de liderazgo en el Senado y volver a asumirse como el vicepresidente oficioso que fue durante el gobierno del panista Felipe Calderón.

Yo sólo les transmito uno de los muchos análisis que se hacen en Los Pinos en estos tiempos de ingobernabilidad.

INSTANTÁNEAS: 1. GRACIAS Duarte, gracias Padrés, dijo el ex gobernador de Oaxaca y actual secretario general de Puebla, Diódoro Carrasco, en una reunión de amigos que tuvo lugar el sábado pasado en un conocido hotel de Paseo de la Reforma. Ahí estaban el gobernador oaxaqueño saliente, Gabino Cué y algunos de sus colaboradores, como Jorge Coco Castillo y Enrique Arnaud Viñas. El agradecimiento fue, según se escuchó, porque los ex gobernadores de Veracruz y Sonora han quitado reflectores a la grave situación política y financiera que se vive en Oaxaca por el desvío de recursos públicos.

2. IRRITA saber que mientras los médicos de Veracruz están en paro porque el gobierno les adeuda sueldos y los hospitales están desabastecidos, Moisés Manzur Cisneyros, uno de los principales prestanombres del prófugo Javier Duarte, dispone en su rancho del Estado de México, donde se dedica a la cría de caballos, de una enfermería a todo lujo para atender a los corceles.

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