Una buena: en un hecho inédito, la señora Herminia Martínez de la Fuente, suegra del ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, entregó de forma voluntaria una casa con valor de 600 mil dólares, recursos que presuntamente se obtuvieron de forma ilegal de las arcas de ese estado… la mala es que la entregó a las autoridades ¡de Estados Unidos!  No puedo con eso. Coahuila endeudado; Veracruz saqueado; Quintana Roo ultrajado; en Sonora hasta el agua se robaron. Gobernadores que se sirven con la cuchara grande y dejan a la deriva a sus gobernados.

Sí, es cierto, esta semana el PRI dejó solo a uno de los suyos en un intento más por recuperar lo que ha venido perdiendo: credibilidad.  Pero ¿qué sigue tras retirarle la militancia al veracruzano?, ¿la cárcel?, ¿el exilio? En su búsqueda por recomponer el camino, quizá el PRI se ha dado —como dicen en la política— “un balazo en el pie” en vista de que la sociedad aún recuerda a otros como Fausto Vallejo, Rodrigo Medina, Roberto Borge, César Duarte...  La petición en el grueso de los mexicanos es unánime, que sus tranzas no queden impunes.

¿Qué pasará con todo el dinero que falta y es de los mexicanos? Un personaje como Duarte pierde sus derechos políticos, pero ¿los ciudadanos cuándo recuperarán lo que es suyo?

¿No tendrían que ir también por todos los demás?  Las señales no son alentadoras, sólo hace falta ver los incipientes intentos de los partidos por aprobar un sistema anticorrupción al que se han empeñado en descafeinar.

Esta claro que no podemos sentarnos a esperar a que se sancionen unos a otros. La vigilancia de los ciudadanos debe ser crucial, sobre todo cuando los encargados de cuidar el manejo presupuestal son aliados de los “compradores compulsivos” amigos de lo ajeno. Por lo pronto, el SAT promete entregar en pocos días un informe sobre los contratos del gobierno de Veracruz con más de treinta empresas fantasma e iniciar una revisión en torno a las compras millonarias y sospechosas del gobierno de Coahuila (el de Moreira segundo). En ambos casos fue la prensa la que tuvo que hacer la tarea de investigar y denunciar.

El caso Javier Duarte suena a nuevo PRI, pero apesta al viejo sistema, pues en los hechos parece que se trata de sacrificar a uno para salvar a todos. El famoso “chivo expiatorio”. Y es que el  hijo político de Fidel Herrera los tenía hartos y fanfarroneó de más. Como reza un refrán popular “Cuando te des cuenta que estás en el hoyo, deja de cavar”, pero lejos de eso, se siguió hundiendo. Por eso era el más sacrificable, el que más escándalos acumulaba, el que más dinero tenía que explicar.

Duarte no deja de ser un experimento político y todo dependerá de lo que marque el termómetro social tras su caída. Mientras tanto él asegura que nada de esto le acongoja, que es sólo un asunto mediático que se quedará para el anecdotario.

EL HUERFANITO. Al cineasta León Serment lo asesinaron el 27 de agosto de este tan violento 2016 cuando caminaba con su hijo por las calles de la Colonia Merced Gómez de la Ciudad de México. Colegas del mundo del cine han exigido con miles de firmas en el sitio change.org que el caso se resuelva y se castigue a los responsables. León tenía solo 54 años. Su esposa Adriana Rosique se quitó la vida este 18 de septiembre. Lo último que dijo en entrevista es que esperaba que las autoridades esclarecieran el caso. Antes de que termine esta semana podría ser satisfecha esa demanda.

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