Durante años escuchamos de la grave situación financiera del IMSS. Las proyecciones económicas de la anterior administración, dada la trayectoria de gasto que tenía, estimaban que las reservas del IMSS para cubrir su déficit de operación, alcanzarían únicamente para llegar al 2014. De tener un déficit casi inexistente en 2007 se pasó a un faltante de 22 mil 755 millones de pesos en 2012.

El Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la Situación Financiera y los Riesgos del IMSS 2011-2012 mostraba que aún con el uso de las Reservas Financieras y el Fondo Laboral, el IMSS dejaría de ser autosustentable financieramente en el primer trimestre de 2015.

Ese fue el Instituto que recibimos, uno que de no cambiar la tendencia de un gasto sin disciplina ni control, habría quebrado en 2014 y que su déficit para 2016 habría sido de 31 mil millones de pesos. Afortunadamente hoy podemos decir que hemos revertido esa tendencia y estamos escribiendo una nueva historia para el IMSS y sus derechohabientes. La quiebra proyectada del IMSS que heredó la administración del presidente Enrique Peña Nieto no solo no sucedió sino que después de 7 años deficitarios, 2016 fue un año superavitario en más de 6 mil millones de pesos.

Este resultado se ha logrado por dos vías: i) incremento en los ingresos  y ii) medidas de control presupuestario y eficiencia del gasto. Estamos sentando las bases para mantener una situación financiera sostenible en el corto plazo, ya que algunas de las medidas han generado ahorros permanentes.

Por el lado de la recaudación, durante 2013-2016, los ingresos obrero patronales del IMSS crecieron en 20% real, en contraste con un 4% real de la administración anterior en mismo periodo. Cerramos el ejercicio con una tasa anual de crecimiento respecto al 2015 de 8.2% nominal y 5.2% real. Este ingreso representa un superávit de cerca de 8 mil 500 millones de pesos, con respecto a la meta establecida en la Ley de Ingresos de la Federación.

La otra buena noticia que este resultado trae aparejada es que en 2016 se crearon 732 mil 591 puestos de trabajo; este es el mejor aumento anual reportado desde 1997, con lo cual los ingresos obrero patronales superaron en 8 mil 402 millones de pesos, la meta establecida en la Ley de Ingresos.

Adicionalmente, también tuvimos ingresos adicionales por 2 mil 93 millones de pesos en el rubro de productos financieros, generados por mejoras en las estrategias de inversión de los recursos de las distintas reservas del Instituto.

En materia de control del gasto, se presenta un menor ejercicio de gasto corriente respecto al autorizado en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 por 7 mil 305 millones de pesos. Esta disminución se ha logrado tanto por mejores compras que nos permiten adquirir más bienes y servicios con menos recursos, así como un control presupuestal que permitió a lo largo del año identificar posibles economías o presiones de gasto, presupuestos sin ejercer y asignar recursos a las prioridades, incrementando la prestación de servicios.

El IMSS aún tiene grandes retos en materia financiera como resultado de los cambios en el perfil demográfico de la población que atiende, pero los esfuerzos realizados han logrado revertir la tendencia de los últimos 8 años y sentar bases para administrar este noble Instituto de una forma eficiente, ordenada y con una visión de largo plazo, como lo instruyó desde el inicio el presidente Enrique Peña Nieto, por lo que los 430 mil trabajadores y los 74 millones de derechohabientes deben estar tranquilos y seguros de que vamos a usar el histórico superávit financiero en la compra de más medicinas, en el diseño y ejecución de un nuevo modelo de prevención y en la construcción de 12 grandes hospitales y 40 clínicas familiares, para mejorar el servicio médico y ampliar las prestaciones sociales.

Director general del IMSS

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