El torneo entra en una fase definitiva para las aspiraciones de los clubes, que deberán trabajar a fondo, porque quienes logren cosechar una racha positiva de resultados tendrán grandes posibilidades de clasificarse, ya que siempre hay algún equipo que se engancha justo a tiempo para entrar a la fase final.

Así, Guadalajara tenía una oportunidad clave, no sólo por la importancia de vencer al máximo rival a nivel anímico y de respaldo al técnico Matías Almeyda, sino porque podría significar la proyección para un cierre de campeonato que les permita aspirar a la clasificación y, más relevante aún, sumar puntos en el porcentaje. Pero las circunstancias no invitaban al optimismo, América no pierde en Guadalajara desde el Clausura 2011, sumando cuatro victorias y un empate en las últimas temporadas. Además, con el triunfo, las Águilas se confirman como uno de los mejores equipos de visitante, con tres triunfos, un empate y una derrota. Mientras Chivas se ratifica como uno de los peores locales del campeonato, incapaz de ganar en su campo con cuatro empates y dos derrotas, además de contar con un balance negativo de goles, 7 a favor y 9 en contra.

El partido tuvo una gran intensidad, gozó sus mejores momentos cuando ambos cuadros sufrieron una expulsión y Chivas apretó la portería rival en busca del empate. Hasta ese momento, América dominó gracias a la experiencia de sus jugadores, que contrastaba con la juventud de los de Chivas, quienes en muchas ocasiones precipitaron sus decisiones.

El empuje local no fue suficiente para revertir un marcador que abre más la brecha a todos los niveles entre los dos conjuntos más importantes.

América y Guadalajara representan proyectos antagónicos en varios aspectos, más allá de la rivalidad deportiva. Por un lado, lo más evidente es el aspecto económico–institucional, con una plantilla más cara como consecuencia de la apuesta por jugadores extranjeros, así como una mayor continuidad en América; mientras que Chivas, bajo el mando de Jorge Vergara, ha tenido muchos cambios en su ruta de trabajo. Sin embargo, a lo largo de los últimos torneos, la mayor contradicción se encuentra en las estadísticas. América domina la tabla porcentual, mientras los tapatíos han encontrado en los equipos ascendidos a sus mejores aliados para mantenerse en Primera División. Quizás el único punto en común es la cantidad de goles recibidos, así como el momento que atraviesan sus técnicos, ambos han sido cuestionados y su continuidad se pone en entredicho de manera constante.

Finalmente, es curioso que este duelo ha perdido protagonismo en las series finales, ya que no se enfrentan en una Liguilla desde las semifinales del Clausura 2007. Un dato que cuestiona la actualidad de este Clásico, lejos de las décadas anteriores, especialmente en los años 80, cuando se encontraron en las fases finales del campeonato, con partidos que marcaron y fortalecieron esta rivalidad.

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