Aplicando el viejo sistema de justicia penal, el de los rezagos, el que tiene a miles de inocentes en la cárcel, el que se basa en intercambios cuasi epistolares con los jueces, Flavino Ríos debería estar en libertad.

Sus delitos no son catalogados como “graves” en el viejo sistema, fácilmente habría podido salir bajo una fianza y enfrentar el proceso fuera de la cárcel; al ex gobernador interino se le acusa por haber facilitado la fuga de Javier Duarte al proporcionarle un helicóptero del gobierno veracruzano para viajar a Coatzacoalcos, en teoría, las bitácoras de vuelo están integradas al expediente, Flavino mismo las habría proporcionado a las autoridades estatales y federales.

Después del vuelo, Flavino no supo nada más de Duarte o, al menos, eso fue lo que dijo.

Hace tiempo, el ex gobernador interino me dijo en MVS que Javier Duarte “ya no era su amigo”, no daba crédito a la cantidad de tropelías cometidas, solamente quería terminar su micro gestión y regresar a la relativa calma de su vida anterior; se sacó la rifa del tigre, si el tiempo pudiera regresarse, en el concepto del eterno retorno, estoy seguro que Ríos no aceptaría la encomienda, tal vez nadie lo haría, tal vez renunciarían a diario los gobernadores interinos.

Ojalá que si Flavino verdaderamente sabe en dónde se encuentra Javier Duarte aporte lo necesario para su captura inmediata, lo demanda el país sediento de un ápice de justicia, millones de veracruzanos y de mexicanos; ojalá que siga vivo y que se logre recuperar algo más de lo poquito ya recuperado. ¿Dónde están los casi 35 mil millones que faltan de las arcas de Veracruz?, imposible que un hombre, que una familia, por muy grande que sea, hayan desaparecido esa cantidad en tan poco tiempo, imposible también que la mayor parte sean simples errores administrativos. Se jodieron a Veracruz y se jodieron al país, definitivamente merecen castigo, pero el castigo se vuelve una vendetta con mucha facilidad.

Cuando Flavino prestó el helicóptero no había una orden de aprehensión contra Javier Duarte, aunque era fácil de suponer que ésta orden existiría en un futuro inmediato, el hecho real y concreto es que ésta no existía, a la juez le bastó la hipótesis de encubrimiento para suponer que se configuraban varios elementos de complicidad en la fuga, la fiscalía pudo convencerla de dictar medidas cautelares y hoy, para evitar que se fugue, Flavino Ríos pasará, al menos, unos meses en prisión llevando su proceso penal desde Pacho Viejo.

La foto de Flavino con el uniforme de reo, que podría publicarse en cualquier momento una vez que venga la audiencia de vinculación o inclusive mucho antes, no representará en sí misma un triunfo para nadie, es un pez muy flaco para el agravio cometido y le da armas a los partidarios del sistema y a los antagónicos a Miguel Ángel Yunes para alegar distractores y cajas chinas.

Lo peor, si en un año, o en menos, resulta que no había razón para meterlo en cárcel, terminará perdiendo una batalla el nuevo sistema penal acusatorio.

De Colofón. ¿Y si ofrecemos transferencias bancarias internacionales, con comisiones bajas, a los migrantes?

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