Vaya primer fin de semana con Donald Trump en la Presidencia de Estados Unidos. Destaco dos cosas: la gran marcha que se dio en todo el país, y en muchos otros, de las mujeres, que es esperanzador y también su primer gran encontronazo con los medios de comunicación por las cifras de personas presentes en el día de su toma de posesión y en las marchas. Sobre todo el descubrimiento o enunciación de los “hechos alternativos”, lo que representa (¿será que Matrix no es ficción?), y el coraje de que esta gran definición no la hayamos acuñado aquí en México.

Las marchas de las mujeres. Gran portada la del Toronto Star (yo la vi gracias a Eileen Truax): “She the people”, en lugar del histórico “We the people”. Es decir, “Ella, el pueblo”. Y sí.

El sábado se registraron 670 marchas en 60 distintos países del mundo. Se calcula que ellas —en global en femenino aunque asistieron también hombres— habrán sido más de 3 millones de personas. Pusieron sobre la mesa —o más bien en las calles— la protesta contra un hombre en el poder que acosa mujeres, que discrimina, que es xenófobo. En el mejor ejemplo de una agenda feminista que es amplia y no sólo con referencia a las mujeres, abogaron a favor de la migración y aunque suene cursi, por el amor y la resistencia. Fue inspirador, una buena noticia en medio de muchas malas que siguieron y que comenzaron luego luego, al bajar páginas icónicas de la web de la Casa Blanca (lo mismo cambio climático que personas con discapcidad y español), la orden ejecutiva de suspender Obamacare, el que sí se renegociará el TLCAN y si no se retiran inmediatamente…

La marcha más numerosa fue en Los Ángeles, donde se calculó en 650 mil personas la asistencia. Siguieron Washington, D.C., donde habrían participado 500 mil personas, cifra similar a la de Nueva York. En Chicago, las cifras hablaban entre 150 mil y 200 mil personas, al igual que en Boston. Hasta en la Antártica cerca de 30 protestaron por el inicio de la nueva administración republicana en la Casa Blanca.

Las protestas también se dieron en la Ciudad de México, Australia, Francia, Noruega, Bélgica, Holanda, Suecia, España, Italia, Gran Bretaña y otros países.

Me gustaron muchos letreros y consignas, pero quizá la mejor fue: “Free Melania”.

“Hechos alternativos”. La nota la dio Kellyanne Conway, ex jefa de campaña y portavoz deTrump, quien ahora es consejera presidencial en la Casa Blanca, la mujer en más alto rango del equipo del nuevo Presidente.

El fin de semana Conway participó en el famoso programa Meet the Press, de la NBC, donde fue entrevistada Chuck Todd. El periodista la cuestionó sobre por qué el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, había dado datos inexactos (soy elegante) en su primer encuentro con los medios. Ahí salió a debatir los números de asistentes de la toma de protesta de Trump y aseguró que había tenido un número que es imposible.

Todd insistió en que por favor Conway explicara por qué la decisión presidencial de que el vocero debutara enfrentándose a los medios. Y ahí es donde vino la revelación:

—Él lo que hizo fue presentar hechos alternativos. No hay manera de contar las personas dentro de una multitud con exactitud—, dijo Conway.

Todd reviró: —Hechos alternativos no son hechos, son falsedades.

Hipótesis que se desprende de esta revelación hecha en la era de la posverdad y sí, la difusión de la información falsa. ¿Y si Matrix es no una película de ficción?, ¿qué tal que todos estamos dormidos y en otra realidad gobierna Hillary Clinton?

Por otra parte, qué coraje que Conway haya acuñado el término de “hechos alternativos”. Un país con la tradición surrealista de México, con el cinismo de su clase política, debería de haberlo acuñado.

Mínimo que nombren a Conway priísta distinguida honoraria.

El ex gobernador de Veracruz finalmente salió a dar la cara ante todas las acusaciones en su contra.

¿Ya apareció Javier Duarte? N’ombre.

Se trata de Fidel Herrera, quien renunció al cargo de cónsul de México en Barcelona a fin de aclarar —asegura— las acusaciones en su contra que ha hecho el nuevo gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, sobre medicamentos falsos.

Ya sabe, Yunes acusó tanto a Herrera como a Javier Duarte de haber suministrado medicamentos alterados a niños con cáncer. Al parecer hasta con dictámenes de los laboratorios Roche que así lo aseguraban.

Fidel Herrera pinta su raya y se defiende de quienes creen que son similares él y Duarte.

—Cada quien sabe con qué grado de limpieza carga.

Tsssss.

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