Dicen que de la una a las 6 de la mañana, legisla el diablo. No podría dar fe de una aseveración así, pero sin duda que sí suceden cosas muy extrañas.

Hablemos del Senado a las 2 de la mañana del miércoles. De pronto, un senador independiente (Manuel Cárdenas Fonseca, quien llegó por el Partido Nueva Alianza, supliendo a Mónica Arriola) sube y se saca de la manga una propuesta de añadido a un dictamen del artículo 32 de la Ley de Responsabilidades Administrativas. Lo presenta.

Sorprende lo que pasa después, senadores de todos los partidos lo escuchan y deciden apoyarlo (95 votos a favor del PRI, PAN, PRD, PT, PV e independientes, 4 en contra del PT y PAN y 2 abstenciones del PAN). Me llama la atención que lo hagan, sobre todo los priístas, que este sexenio se han caracterizado por planchar (acordar todo) antes de llegar al pleno y no moverse del acuerdo, sólo para excepciones muy escasas.

Ayer escuchaba a Pablo Escudero, senador sandía (verde por fuera, rojo por dentro) decir que así fue. Casi casi como si hubieran tenido una epifanía y al escuchar la propuesta de Cárdenas de pronto se les reveló una verdad: que la corrupción también viene de la iniciativa privada.

Y entonces, aprueban algo que, de pasar así, haría que todo aquel que reciba dinero público (se puede entender, por la redacción, que hasta un becario de programa social) tenga que presentar su 3de3, es decir, declaraciones patrimoniales, de interés y fiscal; cuando ellos mismos, un día antes, en una sesión también de madrugada, se negaron a imponerse esa obligación.

Suena como a psicología inversa en un irracional racional. Algo así como: “No me pidas que haga yo lo que tú mismo no estás dispuesto a hacer”, dirigido a la clase empresarial que promovió la 3de3, la Coparmex en particular (que por cierto ayer distribuía “kits anticorrupción” y ¡¡quién los viera!! hasta a El Ángel fueron a manifestarse).

Suena así también por la respuesta de Emilio Gamboa de que ellos, los legisladores, también tenían “ocurrencias”.

En fin, raro, muy raro. ¿En serio el PRI quiere, además, pelearse con los empresarios? No parece una buena idea. Pero bueno, tantas cosas que pasan en este país tampoco no lo son.

Parece evidente que un artículo así no podría pasar. ¿Se imagina? ¿Qué institución en el mundo podría procesar millones de 3de3? ¿O es sólo una cortina de humo para dejar a un lado las críticas a los senadores que una noche votaron en contra —o ni votaron— de la obligación de publicar su propio 3de3, que era la petición más visible de la iniciativa ciudadana que se discutió?

Ojalá y no trastoque los acuerdos, buenos, a los que sí se llegaron con otras partes del Sistema Nacional Anticorrupción que ha ido avanzando (quizá no tan rápido como muchos desearíamos).

Pero ahora volvamos a la otra votación de la madrugada del miércoles. Gracias —es un decir— a que varios senadores no votaron a favor de la 3de3, salió descafeinada. O al menos sin el artículo más mediático y pedido (que más resistencias enfrentó también) en una suerte de limbo donde nada bueno se antoja pueda salir.

Una cosa queda clara: qué miedo —pánico— le tiene la clase política a dar a conocer la riqueza que, se antoja evidente, tienen. Deben tener medido lo que provocaría que lo supiéramos y no les conviene. La pregunta es si el hecho de cerrarnos la puerta en la nariz, a pesar de más de 600 mil firmas ciudadanas, tendrá un efecto menor.

La votación fue cerrada y si la oposición hubiera votado toda a favor, hubiera salido, pero no. Una serie de contratiempos, pretextos y sencillas pichicateces lo impidieron.

Con 59 votos en contra; 51 a favor, 1 abstención (de Ana Gabriela Guevara) y 17 senadores que no votaron, no habrá la obligación de los funcionarios públicos de hacer públicas sus declaraciones patrimoniales, de intereses y fiscales.

La bancada del PT, muy cercana también a Morena, decidió que entre algo y nada, preferían la nada. O esa es la versión oficial. Manuel Bartlett hizo saber, a nombre de Héctor Adrián Menchaca, Martha Palafox (quien no asistió a la sesión), Carlos Manuel Merino, Marco Antonio Blásquez Salinas y Layda Sandores, las razones de los senadores del PT por las que no votaron, punto. Ni a favor ni en contra: no estaban de acuerdo porque el Presidente no se hacía responsable de delitos de corrupción porque no se juzgaba a los ex presidentes, entre otras cosas.

Es una pena. Layda Sansores dijo, un día después, que fue un error no haber votado. Demasiado tarde. ¿Por qué lo habrán hecho en realidad? ¿O usted cree en la versión de Bartlett?

La senadora Luz María Beristain, del PRD, publicó en su página de Internet la razón del su voto en contra. Se justificó al decir que dictamen “desvirtuó la iniciativa ciudadana quedando en una ley que no responde a la propuesta que impulsaron asociaciones civiles”. Pues quien sabe porqué el resto del PRD no lo consideró así.

El senador panista Héctor Larios dijo que estaba en un asunto personal y no calculó bien los tiempos para regresar a tiempo.

Busqué la justificación del ex coordinador de los panistas, Jorge Luis Preciado. Su vocero me pidió un poco de tiempo y hasta el cierre de este espacio no recibí respuesta.

Teófilo Torres, del PRI, justificó ante la mesa directiva su inasistencia antes de la votación

Hubo tres senadores con problemas de salud:

Adriana Dávila, senadora del PAN por Tlaxcala, presentó hasta justificante médico: infección en vías urinarias. De acuerdo con la receta emitida por Patricia Rosales Cruz, doctora del servicio médico del Senado, fechada el martes 14 de junio, quien le “sugiere reposo relativo de 2 a 3 días”. Ella lo tomó inmediatamente.

El senador panista José María Martínez Martínez dio su explicación en su portal de Facebook. Igual, enfermedad. Que no ha ido ni al Senado y lo informó antes.

Benjamín Robles, quien fue candidato del PT al gobierno de Oaxaca, presentó signos de agotamiento. Aunque durante la sesión del martes presentó reservas en torno al proyecto de 3 de 3, cuando subió tribuna comenzó a tener problemas de gesticulación. Lo llevaron al hospital; otra opinión médica lo corrobora. Tendrá 15 días de reposo.

Alejandra Roldán Benítez, quien es suplente de Lorena Cuéllar, quien buscó la gubernatura de Tlaxcala tampoco votó. Ni en el PRD saben porqué.

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