Los (muchos) niños muertos

La fotografía circuló por todos lados; provocó indignación y dolor. No es para menos: un bebé, de tan sólo 9 meses, Marcos Pano, murió el fin de semana en Pinotepa Nacional, Oaxaca. Falleció ejecutado junto a sus padres: Juan Alberto Pano Ramos y Alba Isabel Colón.

Su última foto muestra a un bebé tumbado boca abajo, vestido sólo con un pañalero blanco manchado de sangre. Está junto al cuerpo de otra persona que, parece, intentaba abrazarlo, protegerlo… y también murió.

Los usuarios relacionaban la indignación que provoca este caso con Aylan, el niño sirio que murió ahogado al intentar llegar a Europa con su familia. Lo recordará: su cuerpecito, boca abajo, con los brazos a un lado, vestido con una playera roja en la orilla de una playa, sacudió, también, conciencias. Provocó apoyos de gobiernos enteros.

Ese mismo día, el viernes 29, en Miahuatlán de Porfirio Díaz, también Oaxaca, murió otra niña de 14 años: Juliana Isabel Jiménez Cortés. Un grupo armado atacó a su padre, quien también falleció en el sitio.

En Matamoros, Tamaulipas, el domingo se registró un enfrentamiento de militares y policía estatal con un grupo de la delincuencia organizada. En estos hechos murió una niña más: Leslie Rodríguez, quien recibió un tiro. Murió mientras era trasladada a un hospital. Tenía 13 años.

Estas tres muertes sólo entre la noche del viernes y la tarde del pasado domingo.

Pero, desgraciadamente, no son los únicos. Cómo olvidar, por ejemplo, a los hermanos Brayan y Martín Almanza Salazar, a quienes les dispararon unos uniformados porque su familia no se paró en un retén… Hendrik Cuacuas, quien recibió una bala perdida, también, cuando estaba viendo con su papá, Enrique, una película en Cinepolis, en Plaza Ermita, en la zona de Iztapalapa. Y esos son sólo casos “famosos”.

Los niños, las niñas, los adolescentes en este país también están en riesgo por este tipo de violencia. Hay cifras terribles que así nos lo dejan ver.

Ya desde 2011, el entonces presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, Luis González Placencia, consideraba que eran 4 mil los niños que habían sido víctimas de la guerra contra el narco que vivimos en México.

En septiembre de 2014 la Red por los Derechos de la Infancia México (Redim) presentó su Informe Alternativo sobre la situación de garantía de derechos de niñas, niños y adolescentes en México. Ahí detallan que entre 2006 y mayo de 2014 habían muerto mil 750 niños en medio de la estrategia contra la delincuencia organizada. Estas cifras fueron consideradas en octubre de ese año durante la visita de Rosa María Ortiz, relatora sobre Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En mayo pasado, también la Redim subrayó otro dato alarmante: el 30% de las 23 mil 271 personas consideradas como desaparecidas o no localizadas son niñas, niños y adolescentes. Son 7 mil 16.

Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública aseguran que entre enero de 2014 y diciembre de 2015 había averiguaciones previas con relación a 44 niños y niñas no localizados entre 0 y 4 años de edad. En el rango de 5 a 9 años eran 15; crecía a 20 al hablar de niños entre 10 y 14 años y se dispara a 114 en el rango de 15 a 19 años.

Sólo entre 2006 y 2010, de acuerdo con la entonces Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados, en todo el país había 50 mil huérfanos, producto de los enfrentamientos entre grupos delincuenciales y elementos policiacos del país.

Que la foto de Marcos siga haciendo olas; que nos siga doliendo. Es una realidad que necesitamos ver. Y atender.

Ellos lo dicen:

—No vendrá al relumbrón de limpieza y pulcritud de ocasión ni por los papelitos de colores o la retórica estéril… estará en lugares violentos, pobres y miserables del país, y los gobernantes no pueden tapar el sol con un dedo: del puño y letra de los integrantes de la Arquidiócesis de México, en el editorial del semanario Desde la Fe.

Y en estos temas de violencia, mención aparte merece el video que circula en redes sociales.
En Escuinapa, municipio de Cristo Rey, Sinaloa, dos patrullas estatales y municipales, una de ellas con el número 2201 de la Policía Municipal, llegan a una calle donde se pide apoyo. En la imagen se ve a los policías correr hacia esos vehículos y emprender --sí, ellos-- la huida.

Se escuchan voces de mujeres que les gritan “Este es el gobierno que tenemos en México”.

Luego, una de las mujeres que estaba ahí gritó que poncharan las llantas de otro vehículo, al parecer el de las personas que están armadas. Alguien grita: “¡Lo van a matar, lo van a matar!”. Se ve cuando dos personas sacan del patio a otra. Se lo llevan hacia otros vehículos y más tarde se escuchan tres disparos.

De acuerdo con el presidente municipal, Bonifacio Bustamante, todo se originó por que Elías Constantino (a quien mataron) se habría llevado por la fuerza a su novia. Los familiares de la joven pidieron apoyo a la policía; pero al llegar a la casa de Elías ya había un grupo armado.

Como los policías se vieron rebasados, decidieron retirarse. Vaya. Mejor aquí huyó que aquí murió.
Genaro García Soto, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, así se “justificó”:

–...Sí íbamos a actuar, sólo que había un problema muy serio, porque había señoras, niños, había una camioneta de trabajadores del campo que estaba bajando gente...Pues imagínese si nosotros nos ponemos a generar un enfrentamiento, pudiéramos haber, ya sea nosotros o ellos, los delincuentes, haber lesionado o matado inclusive, alguno de los civiles, ajenos al problema, pero que estaban ahí... En un evento así hay que ver qué riesgos se están corriendo con los otros ciudadanos que están ahí cerca, eso hay que verlo, imagínate, si ellos accionan las armas y llegan a matar un niño, llegan a matar a alguien, pues también son responsables por delito de homicidio.

Y ahora, el zika. Por si algo nos faltara, ahora la Organización Mundial de la Salud ya declaró “emergencia de salud pública” mundial al zika: esa enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti, el cual también es portador de enfermedades como el dengue o el chikungunya.

La OMS alerta que ya se han presentado casos de zika en 24 países de nuestro continente. Estiman que para el 2017 podría haber cerca de 4 millones de pacientes con la enfermedad. En México, hasta el fin de semana pasado --hoy seguramente tendremos alguna otra cifra, recuerde que fue puente-- se tenían registradas 18 personas con esta enfermedad.

En Sonora, en pleno puente, la gobernadora Claudia Pavlovich agarró la escoba y retomó la limpieza en torno a la gestión de Guillermo Padrés.

Ayer fue detenido Jorge Morales Borbón, quien fuera secretario de Comunicación Social de Padrés, es decir, del círculo cercanísimo del ex mandatario.

De acuerdo con Odracir Espinoza, Fiscal Anticorrupción estatal, se le investiga por peculado, enriquecimiento ilícito y extorsión. Tienen contra él al menos 28 denuncias ciudadanas.

Porque la extorsión, de acuerdo a leyes locales es un castigo grave, no alcanzaría fianza. Ayer el fiscal decía, en conferencia de prensa, que por ser funcionario público podría alcanzar de 30 a 60 años de prisión. En las próximas 72 a 144 horas un juez dirá si hay elementos para darle un auto de formal prisión.

A saber qué le encontraron a Morales Borbón –quien compareció ante la Fiscalía Anticorrupción el pasado 17 de enero--. Por lo pronto el mensaje a Padrés & Co está claro. ¿No cree?

Los Murat quieren regresar a Oaxaca. Alejandro Murat Hinojosa fue desig... perdón, fue electo “por decisión unánime de los sectores y organizaciones” del PRI, como su único candidato a la gubernatura de esa entidad, la cual se disputará en junio próximo.

Los Murat y el PRI quieren recuperar esa entidad, la cual está gobernada actualmente por Gabino Cué (quien llegó por una alianza PAN-PRD-Convergencia, ahora Movimiento Ciudadano).

De acuerdo con los tiempos priístas será este 2 de febrero cuando se registre ante el PRI local. El dedaz... perdón, la decisión libre de los priistas oaxaqueños, se tomó dejando en el intento los deseos de Eviel Pérez por ser el elegido.

Murat Hinojosa, quien cumplirá 41 años en agosto próximo, fue coordinador del tema de vivienda del equipo de transición del entonces presidente electo, Enrique Peña Nieto. Es abogado por el ITAM. Quienes se esfuerzan por quererlo (aún dentro del PRI) dicen que es “más Hinojosa que Murat”.

De acuerdo con su biografía oficial en el portal del Infonavit, colaboró con Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001. No sabemos exactamente en qué.

En febrero de 2015, The New York Times lo mencionó, junto con su padre, como alguno de los políticos mexicanos que tenían propiedades en Estados Unidos.

De él se dijo que tenía un departamento en Nueva York, pero él salió al quite y declaró que esa propiedad no era suya, sino de su tío materno, José Hinojosa Cuéllar… aunque su esposa, Ivette Morán Rodríguez, sí solicitó el crédito para pagarlo.

El otro inmueble, un departamento en Boca Ratón, Florida, Alejandro Murat aseguró que era de sus suegros… aunque también fue adquirido por un crédito a nombre de su esposa y él firmó como aval.

Alejandro Murat asegura que su padre no cogobernará en caso de que gane las elecciones.

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