Veracruz es un estado trágico y desastroso, por los desfalcos multimillonarios que se atribuyen a muchos funcionarios del gobierno saliente.

Lamentable que los tiempos de la justicia no corran a la velocidad de la emergencia.

Apremia a los poderes federales y estatales deslindar responsabilidades, recuperar dineros y propiedades mal habidas, y castigar a quien resulte responsable del patético desorden.

La rebelión de alcaldes por adeudos superiores a los 3 mil 300 millones de pesos, es apenas la puntita de una hebra de raterías, con principio sin fin.

La Universidad de Veracruz demanda 2 mil 600 millones; Miguel Ángel Yunes Linares denuncia faltantes por 35 mil millones y deudas con proveedores por otros 17 mil. Sume el desfalco de 16 mil millones de pesos calculado por el órgano de fiscalización, que pone en jaque al nuevo gobierno del neo panista … y la viabilidad del estado entero.

Ante los ojos del país, esa danza macabra de decenas de miles de millones de pesos, ofende, abruma, insulta y denigra.

El panorama veracruzano es negro profundo; poco interesa si el prófugo Javier Duarte inventó empresas fantasmas, si usó a la Secretarías de Desarrollo Social, Desarrollo Agropecuario, Obra Pública y Finanzas para desaparecer toneladas de pesos y centavos.

Para los alcaldes reclamantes en situación de miseria, para la universidad agonizante, y para el futuro gobierno entrante, lo más importante no es quién la hizo sino quien la pague… y quieren que lo hagamos usted y yo, a través de un rescate federal.

Pero…

Aunque la Ley de Coordinación Fiscal otorga a la Secretaría de Hacienda atribuciones para inyectar recursos directamente a los municipios depauperados, el secretario José Antonio Meade descarta cualquier posibilidad, simplemente porque no hay con qué ‘querer’… y porque la fila de gobernadores y alcaldes pedigüeños es muy larga.

El caso veracruzano no es el único que confirma la gran tragedia nacional de un pacto federal disfuncional, esa amalgama que nos debe unir como país está pervertida y debe revisarse cuando varios estados y cientos de municipios han sido incapaces de asumir responsabilidades en materia de seguridad, política, economía y finanzas. No deben caber gobernantes ostentosos, como señores feudales, que utilizan la democracia para acceder al poder en ambicioso afán de hacer y deshacer como les dé la gana, ‘blindados’ en la impunidad perpetua, acostumbrados a extender la mano para pedir limosna.

EL MONJE ABATIDO: ¿El crimen desenfrenado obliga a aceptar la barbarie como justicia, sin cargo de conciencia, ante la incompetencia y la indecencia? Se busca al ‘justiciero’ de la Marquesa por matar a cuatro rateros. En el improbable caso de ser detenido, si no comprueba haber actuado en defensa propia, podría purgar hasta 240 años de prisión, por ‘rematar’ a los asaltantes del autobús con premeditación, alevosía y ventaja. Para las víctimas, el instinto manda y el ‘vengador’ es héroe; para la ley, un villano vulgar.

@JoseCardenas1

josecardenas@mac.com

www.josecardenas.com

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