Donald Trump festeja como un triunfo la renuncia de Luis Videgaray, artífice de la visita a Los Pinos; el candidato republicano presume haber quebrado al gabinete de Enrique Peña Nieto.

‘Trompadas’ aparte, el Presidente sufrirá la gran ausencia de Videgaray…

El ex súper secretario de Hacienda era mucho más que uno más. Para el comentócrata Jorge Castañeda, “al jefe del Ejecutivo no le renunció cualquiera, sino nada menos que su primer ministro, pues Videgaray operaba la gestión cotidiana de los asuntos de gobierno”.

Es cierto. Luis tenía la penúltima palabra como mandamás de facto, consejero, confidente, brazo derecho y sombra detrás de las grandes decisiones presidenciales; nadie más en el gabinete podrá reemplazar tanto poder e influencia dada la estrecha cercanía con el Presidente.

Ahí es precisamente donde surge la primera incógnita. ¿Será capaz Peña Nieto de gobernar sin el amigo a quien más confianza le tiene?

La segunda duda es el nombramiento de Luis Enrique Miranda como secretario de Desarrollo Social, dependencia clave para administrar mejor la pobreza... y promover el voto en plena efervescencia electoral.

Por cierto, trascendió que la mañana del miércoles, antes de los cambios, Peña Nieto invitó a Manlio Fabio Beltrones para encargarse de la Sedesol y poder colocar a José Antonio Meade en el hueco que dejó Videgaray con su renuncia; el sonorense declinó la oferta, por lo cual el Presidente se vio obligado a echar mano de otro cercanísimo, demostrando que tiene pocos “ases” en su baraja. ¿O será que Peña no se atreve a abrir su círculo de confort mexiquense y decide cambios para dejar todo igual, rodeado de los mismos de siempre?

La única certeza es la atinada designación del nuevo secretario Meade, quien no la tiene fácil después de Videgaray. El nuevo jefe de las finanzas nacionales genera consensos; empresarios, analistas y observadores nacionales y extranjeros ven ‘oportuna’ la designación del hombre ideal para reorganizar el erario público y enfrentar un panorama económico adverso.

En fin… ¿los cambios en el gabinete presidencial borran el “error de agosto” al haber invitado al extraño enemigo y darle trato de jefe de Estado?; ¿Peña aplica el control de daños para frenar mayor golpeteo y desgaste de la figura presidencial?; ¿de veras es la oportunidad de relanzar la administración peñista y recomponer al gobierno?

Para el Presidente, los cambios del martes significan un antes y un después… para el país quién sabe.

EL MONJE TROVADOR: Entre el cielo y el suelo hay algo (…) la cara oculta es la resulta de mi idea genial de echarte… me cuesta tanto olvidarte (…) aunque fui yo quien decidió que ya no más, y no me canse de jurarte que no habrá segunda parte… me cuesta tanto olvidarte. (Fragmento de una célebre canción de Mecano, sin licencia para adaptarla a la circunstancia).

@JoseCardenas1

josecardenas@mac.com

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