Consternado —sólo en apariencia— el mirrey Alfredo Castillo pone en la mesa su renuncia a la Comisión Nacional de Cultura Física y del Deporte (Conade).

Favor de no confundir el lance con un acto de dignidad...

Además de “lamentar” la imprudencia de su frívolo comportamiento lunamielero al lado de Jacqueline Tostado Madrid, #LadyOlimpica, y ofrecer disculpas lacrimógenas, primero debe explicar cómo se gastaron 2 mil 800 millones de pesos y por qué se cerró la llave de los recursos económicos a las federaciones deportivas —según él—, convertidas en nidos de alacranes que abandonaron a los atletas justo en la recta final de su ciclo de preparación.

El mediocre desempeño de los nuestros en Río 2016 evidencia el problema estructural que aqueja al deporte nacional; no se resolverá con la renuncia de un funcionario, ni es tan simple como la visión del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, quien no suda ni se acongoja con el pobre resultado obtenido.

Mientras para Nuño no se valen los juicios sumarios, y ha sido suficiente con mantener el promedio de las últimas cinco olimpiadas, la sociedad percibe cinismo oficial de los altos funcionarios que toman el deporte tan a la ligera y mantienen a la Conade como una cueva de amigos, compromisos políticos… y novias.

Qué falta de vergüenza y autocrítica. Repito, cuánto cinismo.

El medallero mexicano es engañoso, nuestros triunfadores no son iguales. Cuatro de ellos pertenecen a las Fuerzas Armadas, y ahí está la explicación de su éxito. La vida militar exige disciplina y otorga seguridad laboral, mientras el resto de nuestros deportistas de alto rendimiento sufren para entrenar, vestirse, viajar… y a veces para comer. Ahí está el caso del pugilista Misael Rodríguez, el único civil en lograr una medalla de bronce, quien por cierto tuvo que pedir limosna para preparase.

La teniente de corbeta Lupita González, medalla de plata en la marcha de 20 kilómetros, está furiosa como muchos de nosotros: “Esa medalla fue una bofetada a las autoridades de la Conade que nos dieron portazos cuando necesitamos de su ayuda; nadie sabe lo que sufrimos para llegar a la meta”… ni nosotros creemos que les importe tanto como presumen.

EL MONJE CNTE-NARIO: Cumplen cien días protestas y bloqueos contra la reforma educativa. Centena trágica, Nochixtlán incluido. Paro magisterial afecta cinco estados; millones de alumnos secuestrados; gobierno y disidentes estiran la liga: mientras más hablan menos se entienden. Agota la paciencia presidencial: “primero clases, después diálogo; niños no son rehenes” ¿Inaplazable usar la fuerza para rescatarlos? ¿El ultimátum midió riesgos? ¿Es golpe mediático?

@JoseCardenas1

josecardenas@mac.com

www.josecardenas.com

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