Es una competencia que se realiza en espacios naturales abiertos, como mares, ríos, lagos o canales. Aunque no figuró en el programa de los Juegos Olímpicos de la antigüedad, existe desde los tiempos más remotos. El geógrafo griego Pausanias, en su libro Literario de Grecia, menciona una agotadora carrera entre nadadores. También las hubo en la antigua Roma, Asia y Japón.

Su reconocimiento como deporte a nivel mundial se debe a Inglaterra, donde se popularizó en el siglo antepasado. Según la Enciclopedia de records y datos deportivos, “De las tres variantes que conforman el deporte de la natación, la que más se semeja a la forma original de esta actividad es la natación de largas distancias. Entre los griegos y romanos este tipo de práctica era corriente y constituía un medio por el cual se ponían a prueba la preparación y el carácter de los soldados”. La historia dice que el científico y político estadounidense Benjamín Franklin atravesó a nado el río Támesis e incluso publicó un manual titulado El arte de nadar. Pero los primeros y más espectaculares cruces de distancias marítimas de los tiempos modernos hay que acreditárselos a un teniente estadounidense de apellido Ekenhead y al poeta Lord Byron. Ellos cruzaron el Helesponto, en los Dardanelos, con una distancia de cuatro kilómetros, en 1810, y tardaron en hacerlo 65 y 70 minutos, respectivamente.

Para el atleta Danny Chocrón, “en aguas abiertas se ve el talante de un verdadero atleta que puede avanzar contrarrestando lo fortuito y venciendo su propio temor con valor, gallardía y voluntad”. En 1963 se fundó la Federación Mundial Profesional de Nado de Largas Distancias, que es la encargada de organizar varias carreras. Entre las más famosas se encuentran la maratón de Capri a Nápoles (Italia), la travesía del canal de Suez, así como el cruce del estrecho de Palk (entre Ceilán y la India), la del estrecho de Gibraltar, etc. Pero la principal competencia es la que organiza la Federación Mundial de Natación, que incluye una prueba en aguas abiertas. Consta de tres modalidades: cinco, diez y veinticinco kilómetros de distancia.

Entre las principales motivaciones de quienes practican este deporte están las de experimentar la libertad de nadar en aguas abiertas, enfrentarse a la fauna marina, al sol, a las corrientes, a las mareas y a los vientos, con lo que ponen a prueba no sólo su resistencia, sino sus conocimientos, concentración y fuerza de voluntad para alcanzar la meta.

rjavier_vargas@terra.com.mx

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