Vaya enredo que resultó la fase de cuartos de final de la Copa de Oro para la Selección Mexicana. Una vez que el equipo de Miguel Herrera se cansó de fallar las oportunidades al frente, tuvo que llegar la auténtica ayuda del silbante para definir el pase a la siguiente ronda de una manera poco justa y muy criticada.

Sustos en una endeble defensa que por momentos sufrió los embates ticos, aunados a la nula capacidad para mandar el esférico al fondo de la red sentenciaron un 0-0 en tiempo regular que preocupó tanto a quienes vivieron el encuentro desde el estadio, como a quienes lo seguimos a través de nuestras pantallas.

Una y otra vez, el conjunto mexicano hiló jugadas que no llegaron a su meta final. Parecía como si la portería estuviera bajo un extraño hechizo que enviaba los balones al poste para ahogar el grito de gol, incluso parecía moverse mágicamente impidiendo que el balón siguiera un curso perfecto; las piernas de los jugadores lucían encantadas de tal forma, que a la hora de disparar, éstas les jugaban una mala pasada.

Hubo dominio avasallador, hubo conducción de balón, hubo versatilidad, pero nunca hubo gol. Y después de minutos de incansables intentos por abrirlo y cuando todo indicaba que se definiría al vencedor por medio de la tanda de penaltis, entonces el árbitro decidió otorgarle a México una oportunidad que, aunque le dio vida, también lo enlodó ante los ojos del rival, afición y críticos.

Andrés Guardado tomó la batuta y cobró magistralmente para darle a México el pase a las semifinales desde los once pasos.

Ahí acabó la agonía de nuestro representativo, que mañana deberá demostrar que es capaz de salir a flote sin la ayuda de nadie, sin críticas generadas por no haber hecho lo suficiente por ganarse limpiamente el triunfo.

Quitando la polémica marcación, me parece que el desenvolvimiento fue bueno, que los nuestros hicieron mucho más por ganar el encuentro, pero a veces el ser amplio dominador y abrumar al rival no es suficiente.

Ante Panamá deberá escribirse una historia única e irrepetible, la que nos acerque al tan ansiado campeonato y que nos regrese el título de ser considerado el ‘Gigante de la Concacaf’.

Twitter: @InesSainzG

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