Hace poco tiempo redescubrí la obra del maravilloso Auguste Rodin, importante artista francés considerado como el padre de la escultura moderna. Descrito por muchos críticos e historiadores como el único capaz de hacer personajes con una expresividad tal que parecería que funde a sus propios modelos para inmortalizarlos.

En la modernidad y con la llegada de la fotografía y el cine, usando como punto de partida las exquisitas obras de Rodin y de muchos otros autores cuyo trabajo representa una realidad distorsionada, pero realidad al fin, las nuevas tecnologías han sido partícipes de toda una revolución también en este campo de las artes. Tal es el caso de la obra de la artista norteamericana Alexa Meade, quien está rompiendo paradigmas.

Meade imita con el pincel y la pintura lo que hay debajo de lo que representa, es decir, su trabajo consiste en generar una composición con modelos reales a los que posteriormente pinta junto con toda una escena y simula una realidad falsa pero interesante que puede moverse, que está llena de vida y tridimensionalidad. Meade asegura: “En mi arte 3D evito el lienzo por completo, y si quiero pintar un retrato, lo pinto sobre la persona”; de esta manera la autora logra darle otra interpretación y una novedosa forma de representación a sus pinturas, las cuales exhibe in situ como parte de su proceso creativo, posteriormente todo queda documentado en su página de Internet personal http://alexameade.com/, o en fotografías y videos de YouTube, ofreciendo un interesante espectáculo visual que se puede disfrutar desde cualquier dispositivo para captar los detalles de lo que algunos quizá podrían definir como otra forma de body paint.

Meade ha realizado exposiciones tanto de su proceso de pintura como de las fotografías de sus obras en galerías como The Smithsonian’s National Portrair Gallery en Washintong, DC o The Saatchi Gallery en Londres. Incluso, Alexa estuvo en México en noviembre del año pasado.

Lo interesante del trabajo de esta joven artista es que, independientemente de lo original de su técnica, ella aprovecha las posibilidades de plataformas como Facebook o YouTube para mostrar su proceso de trabajo y los resultados del mismo, abriendo con ello la posibilidad de que cualquiera pueda disfrutar de su arte sin tener que asistir a una sala de museo o a cualquier otro tipo de recinto, además la obra se caracteriza por su constante movimiento y tridimensionalidad que invita al espectador a ser parte de la misma.

El trabajo de Alexa me recordó también a la polémica francesa Orlan, quien enfrascada por completo en el tema de la belleza y sus cánones, la artista decidió usar su propio cuerpo como lienzo para generar su muy personal interpretación de belleza y así exhibir, desde videos en donde se le practican múltiples cirugías plásticas, hasta las fotografías de los resultados de las mismas, y posteriormente pinturas, esculturas e instalaciones en las que la autora se representa ya con su nuevo y grotesco aspecto, http://www.orlan.eu/.

Seguramente hace 25 años, cuando el Internet era algo tan nuevo, poco entendido y poco usado por la mayoría de la gente, los grandes historiadores y críticos del arte que pasaban sus días y dedicaban sus textos a cuestionar al “alocado” y poco comprendido arte conceptual, no imaginaban que justo el recién nacido invento le daría un completo giro al concepto que por siglos ellos mismos defendieron del arte. Ahora el arte puede tener una muy particular vida.

@Lacevos

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