Susan Sontag decía: “Coleccionar fotografías es coleccionar el mundo”, y desde 1839, cuando el mundo vio nacer la fotografía como una nueva forma de documentar la vida de las personas, el invento ha logrado que nuestra manera de ver, entender y aprender sea cada vez mejor y más detallada. Todos hemos sido testigos de diversos acontecimientos en la historia de nuestro mundo, conocemos lugares, personajes y pasajes importantes sin haber estado ahí y todo gracias al poder de la imagen fotográfica que, desde sus inicios, tuvo la peculiaridad de captar momentos que han construido nuestro entorno y que, de alguna manera se han convertido en la crónica-retrato de cada sujeto, de cada familia o de cada artista de la lente que busca contarnos un pequeño fragmento de su propia vida.

Antes, la fotografía era una actividad casi exclusiva de aquel que pudiera adquirir un aparatoso artefacto muy similar a una caja negra y con un diminuto estenope por donde la imagen era captada para plasmarse sobre algún soporte impregnado de un químico capaz de traducir luz en imagen. Para 1914 se comercializa en Alemania la primera cámara portátil, mucho más pequeña y fácil de manejar por cualquiera que pudiera adquirir una, así que a partir de ese momento surgió una revolución provocada por este aparato ligero, compacto y capaz de guardar imágenes para luego contar historias. Pero el invento sufrió un cambio mucho mayor cuando en 1995 es lanzado al mercado el primer teléfono móvil con una cámara digital incluida; desde ese momento. el concepto de tomar fotografías se centró en una actividad que tiene que ver justo con lo que aseguraba Sontag, ahora ya podemos coleccionar el mundo.

Los nuevos teléfonos celulares incluyen cámaras mucho más sofisticadas y capaces de captar imágenes de muy alta calidad, las cuales pueden ser compartidas posteriormente en alguna red social o sitio en donde usuarios de cualquier lugar del planeta pueden “leer” esas historias y conocer lugares y personas que nunca hubieran imaginado que pudieran existir.

En los últimos años ha surgido una gran cantidad de aplicaciones para teléfonos móviles que permiten que los aficionados a la fotografía podamos no sólo captar la imagen en alta definición, también podemos editar, variar y ajustar las imágenes gracias a una variedad de filtros que hacen que las historias que contamos sean como películas fantásticas en sepia, con toques impresionistas, muy retro o con intensos colores muy al estilo fauvista.

Infltr (infinite Filters) es la más nueva aplicación de fotografía que llega al mercado ofreciendo al usuario una cantidad ilimitada de filtros que nos dan la posibilidad de crear un estilo muy personal, ya que cuenta con opciones para poder editar una fotografía con sólo tocar la pantalla; además, la maravilla de esta aplicación es que los filtros se sincronizan con la cuenta en línea permitiendo acceder a ellos desde cualquier otro dispositivo. Lo más atractivo de Infltr es que tiene la capacidad de unir cuatro aplicaciones en una, es decir, edita fotografías y videos, modifica imágenes en directo y juega con la posibilidad de GIFs animados, es decir, es capaz de “dotar de vida” a las imágenes. Además permite también aplicar algunos filtros antes de capturar la escena.

Hasta ahora, la aplicación sólo está diseñada para ser usada en iPhone y iPad, pero la idea es ofrecer un filtro nuevo cada día escogido por el equipo Infltr Widget, que además tiene la capacidad de sincronizarse con Dropbox y Adobe Creative Cloud por si el usuario pretende editar aún más su fotografía con Photoshop, Illustrator y Lightroom.

@Lacevos

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