Es increíble como hace 20 años la vida en las aulas era completamente distinta a lo que es (o puede ser) hoy en día. La dinámica era bastante trillada: un grupo de estudiantes poniendo atención al discurso del profesor, quien de vez en vez se ayudaba de la pizarra para hacer algunas notas o esquemas que complementaban parte de su argumento oral, los alumnos hacían apuntes en un cuaderno y ahí terminaba la historia.

Hoy en día, las nuevas tecnologías han revolucionado esta paradigmática actividad, han obligado a que la figura del docente cambie por completo al grado de convertirlo en un guía facilitador o árbitro del proceso, pues ahora el papel principal en esta historia lo tienen las nuevas tecnologías y aplicaciones disponibles para todo aquel que cuente con un dispositivo móvil y conexión a Internet. Con el anuncio de la salida al público de las apps de Google for Education nos parece pertinente hablar de otras tantas opciones que han estado ahí desde hace un tiempo.

Hace años era muy problemático que, por faltar a alguna sesión en la que el docente había dado información importante, el alumno se quedara en un limbo al no recibir la información de primera mano, ahora los profesores cuentan con aplicaciones como Remind101 que, además de ser gratuita, ha sido diseñada para enviar notificaciones y anuncios a alumnos o padres de familia (tratándose de niveles más tempranos como primaria o secundaria); no es una red social, y en ella el docente no tiene necesidad de dar su número telefónico o correo personal a los alumnos, toda la comunicación entre los distintos actores puede darse por esta vía.

Otra importante aportación tecnológica es Educreatons, actualizada hace muy poco y capaz de transformar una tableta en una auténtica pizarra digital en donde se pueden generar listas de palabras, esquemas o dibujos, cuadros sinópticos e incluso añadir audio.

Las pizarras digitales o blackboard son también herramientas cada vez más utilizadas en las escuelas, facilitando mucho el trabajo a los docentes, ya que en ellas se puede compartir material de trabajo (presentaciones, videos, apuntes), desarrollar actividades a partir de rúbricas, diseñar y programar pruebas o exámenes (el sistema tiene la capacidad de calificar), retroalimentar las tareas solicitadas; si el alumno no hace las entregas en una fecha, la plataforma se cierra imposibilitando que el estudiante pueda subir trabajos posteriores.

La clase también se puede prolongar con apps como GoConqr, que se ha definido como un “lugar de encuentro” para alumnos y maestros, ya que permite compartir recursos de estudio, desarrollar proyectos en equipo o iniciar discusiones y debates.

Y así como estas, hay otras tantas aplicaciones y posibilidades tecnológicas que están orillando a muchos docentes a cambiar su forma de trabajo y dinámica de clase.

No hay duda de que la tecnología también ha tenido cabida dentro de los procesos educativos haciéndolos más ágiles, dinámicos, incluso entra también el concepto de “interactivos” y, sobre todo, al alcance de todos.

@Lacevos

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