La Unión Tepito recibe cargamentos de droga a través de tráileres que introducen en la Ciudad de México diversos productos comestibles. La droga es vendida al menudeo en tiendas y “supercitos” del Centro Histórico y las colonias Morelos y Guerrero, aunque se comercializa también en Polanco, Roma y Condesa, entre otras zonas de la capital.

La Unión tiene también otras entradas: además del robo, el secuestro y la extorsión a comerciantes de la zona, se dedica al contrabando de ropa de marca falsificada, así como al de tabaco y alcohol.

Según un informe de inteligencia federal construido a partir del testimonio anónimo de comerciantes y vecinos de Tepito, las pacas de ropa que maneja el cártel proceden de contenedores enviados desde China: son descargadas en Belice y luego remitidas a Quintana Roo.

Desde aquel estado viajan a la capital del país, con el contubernio de diversas autoridades, a través de dos rutas: una que bordea la costa del Golfo y otra que se interna en el estado de Tabasco.

Otra “línea de negocios” de la Unión, según el documento, es el robo de camiones que transportan artículos electrónicos, sobre todo en la carretera México-Veracruz, revela el informe.

Los testigos señalan que con apoyo de patrulleros de seguridad pública capitalina y agentes de la procuraduría local involucrados con la organización delictiva, los miembros de la Unión obligan a los comerciantes de Tepito a vender los productos que contrabandean: ellos son los verdaderos dueños de todo lo se vende en las calles del barrio.

La procuraduría capitalina ha revelado que la Unión Tepito surgió a finales de la década pasada con la llegada a la Ciudad de México de Ricardo López Castillo, alias El Moco, un ex agente de la Procuraduría General de la República —y antes, de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal—, que había entrado en tratos con narcotraficantes de Tamaulipas al grado de convertirse en líder de una de sus células. López Castillo estuvo a punto de ser asesinado por un grupo rival y volvió a la Ciudad de México.

En Tepito, El Moco se alió con Omar Romero, El Colosio, con los hermanos Francisco Hernández Gómez, Pancho Cayagua, y Armando Hernández Gómez, El Ostión, y con un sujeto apodado El Rachif o El Árabe. Con ellos fundó la organización que mueve la droga en la Ciudad de México.

Las autoridades consideran que El Moco es el jefe de sicarios de La Unión y está detrás de la desaparición de 12 jóvenes en el bar Heaven (mayo de 2013), del asesinato de cuatro personas en el gimnasio Body Extreme de Tepito (junio de 2013) y de la ejecución del dueño del bar Black, en la colonia Condesa (junio de 2015).

En mayo pasado la Unión Tepito sumergió a la Ciudad de México en una inédita ola de violencia. Una riña entre el líder, Pancho Cayagua, y su brazo derecho, Roberto Fabián Miranda, El Betito, culminó con una serie de asesinatos y descuartizamientos nunca antes vista en la capital.

Según la versión de la procuraduría capitalina, Pancho Cayagua y El Perro Salchicha (quien controla la venta de droga en Jesús Carranza y Matamoros, en Tepito) mandaron ejecutar a tres hombres que bebían en una cervecería de la colonia Prohogar: El Elvis, El Loco Fresa y El Calamardo. Todos eran gente de El Betito.

La respuesta de El Betito consistió en desmembrar a los autores de la ejecución. La cabeza y los brazos de uno fueron arrojados en la colonia Atlampa (sitio de reunión de Pancho Cayagua y El Perro Salchicha); la cabeza de otro cayó en la calle Matamoros. El mensaje era claro.

Pero por si hiciera falta, los sicarios dejaron una cartulina: “Sigues tú mi perro pana y tú mi perro salchicha”.

El documento señala los apodos de los sicarios más conocidos de la organización: El Japonés, El Chori, El Oriel, El Mamao, El Troll, El Huguito, El Caca, El Cara de Perro y El Fernandito.

Según el reporte, los líderes de la Unión no viven en Tepito: se han mudado a Puebla. Las reuniones con sus jefes, los narcotraficantes del Golfo, se llevarían a cabo en Toluca y Playa del Carmen.

El informe señala, por último, que la organización está vinculada también con grupos criminales que operan en Guerrero, encargados de surtirles metanfetaminas.

El documento parece confirmar que hay un vínculo entre la Unión Tepito y Guerreros Unidos. Que el grupo criminal con el que se involucró el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, tiene relaciones con el grupo criminal que opera en la Ciudad de México.

Fuerte. Muy fuerte.

@hdemauleon

demauleon@hotmail.com

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