Dos testigos presenciaron, el 11 de septiembre de 2005, en el barrio de Tepito, el asesinato a tiros de los medios hermanos Adalberto Aguilar Jaime y Enrique Castillo Jaime.

Los hermanos regresaban aquel día del Estadio Azteca, donde América y Chivas habían empatado a ceros. Cerca de las diez de la noche se detuvieron en una tienda de la calle Jesús Carranza para comprar cerveza.

Al descender del Chevy en el que habían ido al estadio, tres hombres se les acercaron a bordo de una motocicleta “color naranja predominantemente”. Al hombre que conducía la moto lo conocían en el barrio con el nombre de Evodio. Detrás de él viajaban un sujeto apodado El Men (Ismael Muñoz Rosario) y otro apodado Pancho Cayagua (Francisco Javier Hernández Gómez).

El primer testigo declaró que El Men bajó de la moto, se acercó a los hermanos (que se dedicaban a la venta de ropa) y abrió fuego contra Adalberto Aguilar Jaime. Al ver caer a su medio hermano, Enrique Castillo Jaime echó a correr a mitad de la calle.

El hombre apodado Pancho Cayagua salió tras él, afirmó el testigo, y le hizo varios disparos.

El segundo testigo, que al comenzar el tiroteo se resguardó en un costado del Chevy, asentó en su declaración “que al voltear ve que Pancho Cayagua llevaba una pistola color negro tipo escuadra en la mano y correteaba a Enrique Castillo Jaime y estando a una distancia de un metro aproximadamente le empieza a disparar sin recordar cuántas veces”.

Los agresores se dieron a la fuga “hacia la calle de Matamoros y luego por Florida”. Ismael Muñoz Rosario fue detenido ocho meses después. Se le señaló como uno de los principales distribuidores de droga en Tepito. Familiares de personas presuntamente asesinadas por El Men asistieron al ministerio público para ratificar sus acusaciones. “Dijeron que trabajaba para un individuo que distribuye drogas en la zona”, “un sujeto que está pesado en el barrio”.

Según la procuraduría capitalina, ese sujeto era Pancho Cayagua, uno de los fundadores de la célebre y misteriosa Unión Tepito, una organización criminal dedicada al narcomenudeo y la extorsión, cuyas redes se extienden en las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza e Iztapalapa.

El Men fue sentenciado a 55 años. A Cayagua, la policía no pudo detenerlo durante los siguientes diez años, tiempo en el que la Unión Tepito se convirtió en el grupo criminal más peligroso de la Ciudad de México.

Cayagua, según la procuraduría, estaría ligado a la desaparición de 12 jóvenes en el bar Heaven, ocurrida en mayo de 2013; con el asesinato de cuatro personas en el gimnasio Body Extreme de Tepito, en junio de ese mismo año, y con la ejecución del dueño del bar Black, en la colonia Condesa, en junio de 2015, entre otros hechos delictivos.

En mayo del año pasado, una supuesta pugna entre Cayagua y su brazo derecho, Roberto Fabián Miranda, El Betito, dejó cadáveres descuartizados en diversos puntos de la ciudad.

Francisco Javier Hernández Gómez fue detenido el 16 de agosto de 2016 al salir de una casa ubicada en Lindavista. Uno de sus sicarios había colaborado con la Policía de Investigación para ubicarlo.

Fue llevado al reclusorio oriente. Además de la acusación por el homicidio de los hermanos Aguilar Jaime y Castillo Jaime, tenía abiertas dos carpetas por el delito de narcomenudeo.

Lo primero que Pancho Cayagua solicitó fue que El Men declarara en su proceso. Éste, que había reconocido alquilarse como sicario, dijo que la noche del doble homicidio había actuado solo. Los testigos del crimen (uno de ellos, hermano de los occisos) ya no se presentaron a declarar: en Tepito, la leyenda dice que un mensaje les llegó desde la cárcel.

Y aunque el dictamen pericial en materia de criminalística describe la presencia de dos víctimas y dos victimarios, la defensa exigió que el arma homicida fuera presentada.

Hernández Gómez fue absuelto del delito de homicidio por el Juez 21 Penal. La procuraduría apeló la resolución y analiza un proceso que considera plagado de hechos extraños: uno de los abogados intentó ingresar en el reclusorio con documentación falsa; la defensa contestó el mismo día las conclusiones acusatorias del ministerio público, aunque éstas se hallaban contenidas en tres tomos, y el Juez 21 Penal avisó de su resolución primero a la defensa, y luego al ministerio público.

Como haya sido, al presunto fundador y líder de la Unión Tepito le tomó solo cinco meses estar de vuelta en la calle.

@hdemauleon

demauleon@hotmail.com

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