Tuve acceso a la entrevista sicológica a la que en octubre de 2014, poco después de su captura en una calle de Apetlanca, Guerrero —y a menos de un mes de la desaparición de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa—, fue sometido Jonathan Osorio Cortés, miembro de Guerreros Unidos.

La entrevista no se había hecho pública. Su novedad es que en ella oímos por primera vez a uno de los involucrados, sin que medie la intervención de un escribiente de juzgado. Osorio Cortés está ahí, sentado al lado de un escritorio, jugando con una botella de agua entre las manos.

La transcripción fue realizada por mí a partir de un video de unos 30 minutos.

—Su nombre es Jonathan Osorio Cortés, ¿verdad? ¿Tiene algún algún sobrenombre, algún alias, algún apodo?

—Jona.

—Edad, por favor.

—19.

—Dónde nació usted.

—En el DF.

—A qué se dedica usted.

—A sicario.

—¿Qué hace un sicario?

—Este… elemento de una organización.

—Con una función que es cuál.

—Somos los que vamos a pelear las plazas.

—Decía que para una organización. ¿Para cuál exactamente?

Guerreros Unidos.

—Hasta antes de que lo detuvieran, ¿dónde es que vivía?

—Cocula, Guerrero.

—¿Alguna colonia?

—La Guadalupe.

—¿Cuándo comenzó a desempeñar esa función, ese trabajo?

—Hace seis meses.

—De estos estudiantes, ¿qué puede decirme al respecto?

—Este, la fecha, el 26 de septiembre…

—¿Se acuerda qué día fue?

—Viernes para amanecer sábado... Estaba yo en mi casa, recibí un mensaje de El Pato, que de parte de El Terco nos alistáramos, que porque ya se habían metido los contras en Iguala. Hasta ahí sabíamos, ¿no? Entonces nosotros, te imaginas, siendo un sicario ya te la sabes. Te arreglas todo, ya listo para salir…

—¿Te arreglas qué significa exactamente?

—Tus fornituras, tus cargadores, ora sí que tu cuerno, tu R-15, lo que te toque…

—¿Usted no temía que lo fueran a detener si salía a la calle, tal cual, con armas, ya sea a pie o ya sea en vehículo…?

—¿Que nos detuviera quién? ¿El gobierno?

—Quién sea. La municipal, el gobierno, quién sea.

—Pues le temíamos más que nada al gobierno, a los soldados y a la Marina, porque los municipales, pues a lo que yo sé, colaboraban con nosotros.

—No había problema con ellos.

—Eso sí, siempre manteníamos nuestro respeto, ¿no? Que no me hablas, que no te hablo, y sí voy a trabajar pero me agacho, para que no me vas que vengo armado, para que no diga la gente: “Ay, mira, pasó armado y no hicieron nada a cambio”. A los soldados sí. Nuestro lema era no pelear con el gobierno.

—Me estaba contando que recibe la llamada de El Pato...

—Ah, sí. Mensaje. Diciéndome que me aliste, que dice El Terco que nos íbamos a mover a Iguala, porque se estaban metiendo los sicarios. Llegamos, estábamos ahí en la casa de El Pato, poniéndonos las fornituras. Entonces recibe una llamada este Pato, y le dijo que no, que no lleváramos armas, que simplemente pura arma corta, 9 milímetros y la 38. Y entonces agarramos y sí, nos fuimos.

Nos fuimos Pato, yo, Chereje, quién más, Piercing, Primo… quién más, quién más… de siete a ocho chavos. Tons llegamos. Casi entrando a Iguala está el crucero de Teloloapan a Iguala, como a un kilómetro del crucero nos topamos esta camioneta de tres toneladas y media, la cual ya traía a los chavos. Entonces tú traías la orden de que eran contras, tú vas con que son contras… entonces se para la camioneta y nos explican y nos pasan cuatro chavos. Los chavos todos iban pelones. A un chavo ya nos lo pasaron asfixiado, con un golpe por acá de este lado de la cabeza, y a los otros tres chavos, a los cuales se les iba preguntando qué show, quiénes eran, qué sabían, por qué iban, a qué se dedicaban, pues… Pero en el camino nunca nos dijeron que eran estudiantes, simplemente que ellos no sabían nada. “Ah, ok, pues ahorita vas a hablar...”.

@hdemauleon

demauleon@hotmail.com

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