Tocó fondo la Selección Nacional en el tema de las rotaciones. Diez movimientos de un partido a otro son demasiados, inentendibles para los jugadores, así como para aficionados, analistas, periodistas, comentaristas. En fin, no hay nadie que entienda las malditas rotaciones. Curazao no le ganó a México de milagro, porque sus jugadores siguen siendo muy inocentes en la zona de definición y tampoco tienen la condición física para hacer un partido completo. Pero qué mal hicieron ver a los mexicanos.

Juan Carlos Osorio se empeñó en cambiar a 10 futbolistas. Solamente Orbelín Pineda repitió como titular, con relación al partido pasado contra Jamaica. Se vio un equipo sin convicción, confundido y sin hambre de triunfo en el campo del Alamodome.

Se está en la siguiente ronda, pero mostrando demasiadas dudas para el futuro inmediato, porque la Copa Oro tiene pobreza en todos los participantes, pero la primera etapa es inaguantable.

El maquillaje del 2-0 contra Curazao no quita el pésimo funcionamiento; el ganar siete de nueve puntos posibles, tampoco. Porque en un partido de eliminación directa, con un rival más sólido, esta Selección sufrirá por empeñarse en no jugar futbol y en continuar con tantos cambios de un partido a otro. Pero los futbolistas también tienen responsabilidad, porque si se les da la oportunidad, tienen que aprovecharla. Se supondría que es un grupo que tiene como principal objetivo banquear a los que están en la Selección estelar, algo que hasta hoy está totalmente lejos de la realidad.

Les quedan tres partidos para intentarlo, para entender la responsabilidad que significa ser seleccionado nacional, aplicar nuevos conceptos y mostrar ambición, que son capaces de ir a la Copa del Mundo y dejar a los que siempre terminan perdiendo partidos importantes, pero insisto en que hoy todavía está muy lejano eso.

La cara de preocupación de Decio de María en el palco, junto con Juan Carlos Osorio, cuando el marcador sólo era de 1-0 y se veía el poderío del equipo caribeño, lo dijo todo. Parece que siguen sin entender qué está haciendo el técnico colombiano, y lo único que esperarían es el título de la Copa Oro para olvidarse de esta primera ronda tan deteriorada en el nivel futbolístico.

Si Estados Unidos traerá a sus figuras, México apuesta por la continiudad de este grupo. Clint Dempsey, Michael Bradley, Tim Howard y Jozy Altidore harán que el favorito en este momento sea su selección. No hubo capacidad de reacción en el futbol mexicano y apoyo por parte de los clubes para ver a los jugadores que Osorio quería en esta Copa Oro: Jürgen Damm, Javier Aquino y Oribe Peralta.

El siguiente rival es Honduras, que —pese a ser una de las decepciones del torneo y su única victoria la obtuvo en la mesa— tiene a un técnico muy mañoso (Jorge Luis Pinto), que sabe ganarle a México con esa estrategia de desesperar al adversario con patadas y lanzando contraataques.

@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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