De acuerdo a la evolución del proceso electoral en el Estado de México, es posible concluir que la identidad del futuro gobernador no será definida por el electorado mexiquense, sino por los tribunales. Mala noticia.

El PRI demanda a Morena ante el INE, por gastos inexplicables de campaña por más de 500 millones de pesos; acusa a ese partido político por el financiamiento de más de 500 anuncios espectaculares y ha presentado diversas denuncias en contra de Delfina por haber otorgado contratos a parientes y amigos por más de 30 millones pesos sin licitación, cuando era presidente municipal de Texcoco, además de haber descontado 10% de la nómina de los burócratas del municipio de Texcoco, todo ello, para destinarlo al financiamiento de su campaña electoral, cargos que, de ser ciertos, podrían descarrilar su nombramiento como Jefa del Ejecutivo local.

Morena, por su parte, también demandará al PRI ante el INE, por la distribución de tarjetas rosas, con las cuales supuestamente se estaría comprando el voto de los mexiquenses. Además, López Obrador aseguró que cuenta con pruebas para demostrar que Peña Nieto dividió al Estado de México en regiones y distritos electorales para que funcionarios del gabinete promovieran el voto a favor del candidato del PRI.

Por su parte, el PAN aseguró que Morena recibía millones de pesos de la administración de Javier Duarte, tal y como lo ha declarado Miguel Ángel Yunes, en el entendido, que según este último, la operadora de estos millones de pesos sustraídos ilícitamente del erario veracruzano los opera la propia Delfina.

Por otro lado el PAN, Morena y PRD denuncian ante la FEPADE la compra de votos del PRI en el Estado de México, por un monto superior a los 6 millones de pesos, porque, a su juicio, se han entregado tarjetas de “La Efectiva” y LICONSA, a cambio de “prestar” una credencial de elector el día de los comicios.

Según los diversos contendientes, la elección está viciada de origen debido a la comisión de diversos delitos electorales, lo que resulta inconveniente para nuestra democracia embrionaria, de la cual se esperaría un proceso civilizado, limpio y transparente, solo que nuestros políticos no son civilizados ni limpios y transparentes.

Por supuesto que el Trife y el INE son instituciones respetables para impartir justicia electoral por más que AMLO sostenga públicamente que dichos institutos forman parte de la “mafia del poder” y son “una faramalla”. Al respecto cabe aclarar que, según declaró, amnistiará a dicha “mafia” de llegar al poder en el 2018, de la misma manera en que respetará “el resultado de las elecciones siempre y cuando sean limpias”, pero, claro está, él es el único que va a decidir si están limpias o no…

Las redes sociales han jugado un papel muy importante en las presentes elecciones y serán fundamentales en las que se lleven a cabo en el futuro en la República. No será fácil para la autoridad electoral distinguir cuánto invirtieron los partidos políticos en dichas redes para promover a sus candidatos ni menos podrá distinguir fácilmente si alguien manipuló también la voluntad popular, tal y como sucedió en Estados Unidos y en el Brexit.

Si las elecciones tuvieran que ser resueltas en los tribunales electorales, sería un tropezón en nuestro desarrollo democrático, pero implicaría un ejemplar reforzamiento en las instituciones de la República creadas, en este caso, para hacer valer la voluntad popular.

fmartinmoreno@yahoo.com

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