Es una falta de respeto para los capitalinos lo que hizo el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño.

Esperó a que iniciara el espacio estelar de Televisa para decirle a Joaquín López-Dóriga que se suspendían clases al día siguiente en la Ciudad de México.

Cerca de las 23:00 horas, comencé a recibir mensajes y llamadas de padres de familia queriendo confirmar la noticia que circulaba en redes.

No había comunicación oficial.

Tampoco teníamos por qué dudar de la decisión, pues la fuente era el propio Nuño en entrevista nocturna.

El titular de la SEP quiso darle la exclusiva a López-Dóriga, en lugar de informar a la población.

La Secretaría de Educación Pública tardó media hora, después de la declaración en el noticiero, en emitir, lanzar, subir sus mensajes. “#Importante Por condiciones climatológicas, mañana se suspenden clases en la #CDMX en preescolar, primaria, secundaria (públicas y privadas)”, decía su tuit.

Así se enteraron papás, mamás. Avisaron a sus hijos que tendrían el jueves libre. Seguramente varios ya estaban dormidos y los despertaron.

Otros, ni en cuenta.

Aquellos que se fueron a la cama a buena hora para madrugar (recuerden que estamos hablando de pequeños de preescolar en adelante), no supieron.

Independientemente de la exageración de cancelar clases sin mayor explicación que las “condiciones climatológicas”, la forma de hacerlo causó incertidumbre. No fue a través de un mensaje institucional, sino a través de una entrevista pactada.

Aurelio Nuño dejó correr la nota.

Joaquín aprovechó el momento.

El periodista hizo su trabajo, el político su grilla.

Curioso, a pesar de tratarse de hombres jóvenes, los miembros del gabinete peñista son conservadores y tradicionales. Por eso le apuestan a los medios con el mismo perfil.

El resultado está a la vista: Mucha exposición, escaso reconocimiento. De acuerdo con la más reciente encuesta nacional de EL UNIVERSAL/Buendía & Laredo, Nuño se encuentra en el fondo de las preferencias dentro del PRI, con 1% de las menciones.

RAZONES Y PASIONES: No pocos aspirantes están convencidos que pueden llegar a ocupar la silla presidencial. ¿Qué pasará cuando se enfrenten por la candidatura Luis Videgaray y Aurelio Nuño? ¿Dejará este último de ser parte del grupo del poderoso titular de Hacienda? ¿Se le pondrá al tú por tú? No olvidaré una frase que me dijo Alejandro Encinas hace diez años, cuando los números favorecían ampliamente a López Obrador y él pintaba para ocupar un lugar en el gabinete: “Todos somos amigos hasta que competimos por el mismo puesto”.

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