La firma encabezada por Alonso Ancira se subió en el año 2000 a uno de los últimos camiones de la derogada Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, con una carga de deudas de 2 mil 800 millones de dólares.

El paréntesis, negociaciones sin fin sus acreedores, algunos muertos en el camino, se cerró hace un año con un acuerdo de reestructura que incluyó a 75% de las facturas pendientes, cuyo monto alcanzaba mil 700 millones de dólares.

El primer pago fue de 8 mil 263 millones de pesos, extendiéndose el compromiso de cubrir 16 mil 231 adicionales en tres años.

Colocados en la mesa dinero fresco y capital, la siderúrgica diluyó 15% de la participación de sus accionistas.

La intención es colocar un paquete secundario de 123.8 millones de acciones.

Dado que la empresa cotizó en la Bolsa hasta mayo de 1999, cuando sus acciones tenían un costo de 2.52 pesos, se le mantuvo la condición de emisora, por más que al paso de los años los papeles de su emisión primaria se vendieron por kilo.

El escándalo generado por un paréntesis que se extendía en menoscabo de los acreedores, ya bancos nacionales como extranjeros; ya proveedores de insumos; maquinaria y equipos, provocó la derogación del ordenamiento al que se acogió.

En su lugar llegó la Ley de Concursos Mercantiles que en el papel abre un plazo máximo de un año para que una empresa en problemas llegue a un acuerdo de reestructura con una mayoría de acreedores… o se le declare en quiebra.

La larga ruta cruzó por una serie interminable de escándalos. El primero de la tarde llegó al ventilarse que Banamex, uno de los acreedores, había tomado las garantías dejadas en prenda por un crédito días antes de que un juez de lo concursal concediera la suspensión de pagos.

Estamos hablando de un paquete de acciones de la controladora de la siderúrgica, Grupo Acerero Mexicano.

Esta desaparecería años después, en un escenario en que la Secretaría de Hacienda persiguió a su presidente, Xavier Autrey, bajo cargos de defraudación fiscal.

En el camino la firma se desprendió de algunas filiales, entre ellas la Minera Carbonífera Río Escondido, e inició hace un lustro un proceso de reestructura interna conocido como proyecto Fénix.

Los primeros pagos de deuda se iniciaron en 2006.

Expropiada la empresa por el gobierno en la década de los 80, junto con sus filiales la Unidad Real del Monte y, Pachuca; la Minera del Norte, Hojalata Mexicana y Cerro del Mercado, en 1991 se reprivatizó por parte del Grupo Acerero del Norte, en un escenario que despertó sospechas.

Altos Hornos de México, con sede central en Monclova, Coahuila, había nacido en 1942.

Atribuida su debacle a una crisis global del acero, en el estira y afloja con sus acreedores se denunciaron excesos en la operación, desde compra de aviones hasta flotillas de tierra innecesarias.

Tres años antes del acuerdo de reestructura AHMSA participaba con una rebanada del mercado de 19%, que según los analistas era un fiel reflejo de su bajo costo de producción.

Sus ventas llegaban a 4.16 millones de toneladas de acero líquido y 3.50 de productos terminados de acero.

Más de tres lustros después la firma vuelve al piso de remates de la mano de la casa de bolsa Actinver.

El regreso del hijo pródigo.

Balance general. Reconocida por Petróleos Mexicanos la justeza de la sanción pecuniaria de 368 millones de pesos que le impuso la Comisión Federal de Competencia Económica por incumplir compromisos en materia de apertura al transporte privado de combustibles, sin embargo prepara la impugnación.

La razón aducida es que el cuello de botella no se ubica en el interior sino en el exterior de la empresa. La Comisión Reguladora de Energía no ha autorizado los contratos respectivos.

Yo no fui, pues, fue Teté.

La empresa productiva del Estado señala que fueron cuatro los machotes que le entregó al organismo para el suministro de gas LP, diesel marino y combustóleo.

Sin embargo, se le dio luz verde a los de gasolinas y diesel que constituyen el mayor eje de la discordia.

Aun con ellos en mano el sentenciado se niega a darle fluidez y el abasto.

Al revés. A contrapelo de la tradición que obliga a las empresas mexicanas participantes en licitaciones públicas internacionales a protestas por discriminación frente a las extranjeras, en el caso de una convocada por Petróleos Mexicanos el asunto es al revés.

El consorcio integrado bajo la figura de joint venture por las firmas europea Polaris y la malasia Coastal Contracts, se queja de que le quieren dar zancadilla.

La exposición de motivos habla de carencia de experiencia para brindar el servicio solicitado, es decir compresión de gas en las instalaciones marinas de la Sonda de Campeche, por más que se ha acreditado una trayectoria de 40 años en el ramo.

En la pelea por el contrato de mil millones de dólares está el Grupo R de Ramiro Garza Cantú; Carso Energy y Refinación del magnate Carlos Slim Helú, la española Dragados Offshore de Pedro Ascorbe.

La empresa malasia ha invertido en el país 260 millones de dólares.

Se va pesadilla. De acuerdo con cifras de la Secretaría de la Defensa Nacional, durante el último año disminuyó el robo a trenes en Guanajuato, en un escenario en que hasta el año pasado se contabilizaban 600, es decir 20 diarios.

La principal afectada era Ferromex.

La caída de los clientes alude a la participación de la tropa de la zona militar ubicada en Sarabia, pero también a la participación del Grupo Multisistemas de Seguridad, encabezada por Alejandro Desfassiaux.

En la vigilancia de 300 kilómetros de vías férreas participan también policías estatales y municipales.

Continental, 20 años. Iniciada su operación en 1997 con 40 colaboradores, la planta de Continental en Tlalnepantla está cumpliendo 20 años de fabricar mangueras para automóviles, tracto camiones y vehículos comerciales, fundamentalmente para equipos de aire acondicionado, dirección hidráulica y conducción de aceite.

La factoría debió cambiar de sede en 2016 ante un crecimiento de la demanda.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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