No se habla mucho de él. Es un estado del país que últimamente llama la atención por muchas otras cosas pero no por uno de sus problemas, quizá el más grave de todos, que acarrea en peligroso secreto: está al borde de la quiebra.

No es Veracruz. Quizá ese sea el primero que venga a la mente al pensar en una entidad a un paso de la bancarrota. Lo hemos denunciado muchas veces en estas Historias de Reportero: la sucesión de las trágicas administraciones de los priístas Fidel Herrera y Javier Duarte han puesto a una entidad con grandes capacidades económicas y productivas al borde del colapso por su falta de flujo de dinero y la enorme deuda que les amenaza con pagos a corto plazo para los que no tienen dinero. Veracruz es zona de desastre financiero y está claro quiénes son los responsables.

Sin embargo, quizá porque no tiene tanto peso dentro del mapa económico nacional, se habla poco de Colima. Y la crisis de pagos se agrava por la falta de estabilidad política.

El gobernador que acaba de salir, el priísta Mario Anguiano, ha dejado a las finanzas de Colima en estado de coma. Para las autoridades federales es el segundo estado más emproblemado, después de Veracruz.

La catástrofe se alimenta más porque se anuló la elección para gobernador. El final de fotografía entre el priísta Ignacio Peralta que oficialmente sobrepasó por sólo 500 votos al panista Jorge Luis Preciado llevó la resolución final hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Éste determinó que hubo trampa en la elección con base en un audio que exhibe en plena operación política a favor de Peralta al secretario de Desarrollo Social de Anguiano.

(Para la casa de campaña de Peralta, el audio es “fuego amigo”: como Anguiano y Peralta son rivales dentro del PRI, los de Peralta sospechan que Anguiano mandó grabar a su propio funcionario y cuando el Tribunal había desechado la prueba porque no se podía autentificar que la voz fuera del secretario de Desarrollo Social, el propio secretario, bajo juramento de decir verdad en una comparecencia ante el Congreso local, confesó su crimen, piensan también, alentado y protegido por Anguiano).

La anulación de la elección en Colima obligó al nombramiento de un gobernador interino que deberá durar sólo unos meses, en lo que se organizan nuevas elecciones y toma posesión quien resulte electo en éstas.

Durante ese lapso, no se podrán tomar medidas de fondo para resolver la crisis económica de Colima y el riesgo de una quiebra puede ser aún peor. Encima de todo, Colima no tiene una economía local robusta de la que pueda echar mano para salir de la bronca. Veracruz sí la tiene, pero la opacan las tropelías de sus gobernadores.

SACIAMORBOS. El día que tuvo que retirar su sospechosa iniciativa que coartaba la libertad de expresión en internet, en su Twitter sólo aparecieron fotos con estrellas del futbol en el evento del Salón de la Fama.

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