Todo estaba listo en la Secretaría de Gobernación para lo que se preveía como una ruda llamada telefónica. Del otro lado de la línea, el nuevo secretario de Seguridad Interior del presidente Donald Trump, el general John Kelly. En Bucareli, Miguel Ángel Osorio Chong.

El plan del mexicano era arrancar con el listado de reclamos: el tono, el muro, los migrantes, las faltas de respeto, los tuits, las amenazas, los estereotipos... Ese 8 de febrero tocaba “endurecer la pierna”, como parte de la estrategia de negociación del gobierno federal de Enrique Peña Nieto.

Pero el estadounidense tomó la palabra primero y no le dio tiempo al mexicano ni de calzarse los guantes. No había pelea.

En contra de la retórica de Trump, que avasalla y vulnera al mexicano por principio, el general John Kelly arrancó diciendo que él sí sabía la importancia de la relación México-Estados Unidos, que él sí distinguía la calidad de aliado que era México y que estaba al tanto de todo lo que la gestión del presidente Peña Nieto había hecho conjuntamente con la administración de Barack Obama, y que deseaba seguir por esa ruta de cooperación, entendimiento, diálogo y confianza.

Ese fue “el saque” del americano Kelly. Causó una enorme sorpresa en el secretario Osorio y su equipo de asesores: implicaba una distancia de las posiciones antimexicanas enarboladas desde la Casa Blanca.

Cambió el tono imaginado para la conversación.

México había planeado amagar a su vecino del norte recordándole que el gobierno mexicano detiene cada año a 200 mil centroamericanos que tienen el objetivo de llegar a Estados Unidos, es decir, que México funge como una primera frontera estadounidense, para que el problema no les reviente con tanta dimensión. Y que podría dejar de hacerlo...

El secretario Osorio Chong contestó que acogía gratamente los conceptos y el tono de Kelly, y que México, y en particular la dependencia a su cargo, estaba listo para seguir por el buen camino.

Fue entonces que Kelly planteó una reunión entre ambos. Osorio aceptó. Y fue propuesta de Kelly que el encuentro tuviera lugar en México. Quería mandar un mensaje con ello.

Y así fue. Dos semanas más tarde, el secretario Kelly y el canciller Rex Tillerson llegaban a la Ciudad de México. Y ahí Kelly tomó la oportunidad de desmarcarse en público del tono de su jefe, Donald Trump: el presidente estadounidense dijo que usaría una operación militar contra los migrantes, y a los pocos minutos, su secretario de Seguridad Interna, en conferencia de prensa en suelo mexicano, lo desmintió. Los pormenores de este episodio los revelé hace poco más de una semana en estas Historias de Reportero bajo el título (27 de febrero de 2017).

Todo esto se lo relato con base en fuentes federales mexicanas de primer nivel, que han tenido acceso al contenido del diálogo.

historiasreportero@gmail.com

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