Hace un par de semanas se difundió que tenía un pie fuera de la cárcel Elba Esther Gordillo, la ex dirigente autonombrada vitalicia del sindicato de maestros. Sus hábiles abogados, y voces que los acompañan, festejaron lo que consideraron un triunfo de la justicia y los derechos humanos.

Para los que impulsan esta idea, La Maestra es una mujer ya grande de edad y gravemente enferma, que merece vivir en prisión domiciliaria, es decir, vivir en la comodidad de su casa.

(Como lo he sostenido en distintos espacios, a mí no me cuenten entre ese grupo: no le veo a Gordillo un brochazo de víctima; y en todo caso pienso que primero deberían ser favorecidos con la cárcel en el hogar los muchos viejitos que están recluidos por delitos mucho menos graves, y que su condición de salud es también frágil).

Es cierto que los #LiberenAGordillo tuvieron un gran triunfo el 17 de febrero pasado. Un gran triunfo para la mujer que simboliza la corrupción política en México. Ese día, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito le otorgó un amparo a favor de la prisión preventiva domiciliaria que ha solicitado.

En ese momento, empezó a manejarse como casi un hecho que Gordillo estaría en su casa en cosa de horas. Lo que no se divulgó con la misma consistencia es que el amparo que ganó Gordillo para irse a su hogar a terminar su proceso legal es en el caso que le llevan por el delito de lavado de dinero, y existe otro proceso penal por el delito de defraudación fiscal, ante el Juzgado Decimocuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México. Este delito es considerado grave. Por eso sigue en prisión preventiva convencional.

Es cierto que hace dos viernes Elba Esther Gordillo Morales puso un pie fuera de la cárcel. Tan cierto como que sigue teniendo el otro bien adentro: el auto de formal prisión que se le dictó en el proceso por defraudación fiscal fue confirmado por el Tribunal de Alzada. Promovió un amparo y el Tribunal se lo negó.

Actualmente se encuentra pendiente la resolución de un recurso que interpuso la defensa de Elba Esther Gordillo contra esa sentencia. El asunto está en manos de los magistrados Reynaldo Manuel Reyes Rosas, Silvia Carrasco Corona y Juan Wilfrido Gutiérrez Cruz.

¿Qué poderes estarán tratando de sacar a Gordillo de la cárcel y a cambio de qué? ¿Está el 2018 en la mira de una tristemente célebre operadora electoral? ¿Con quién es el juego? ¿O veremos una justicia firme por encima de los vaivenes e intereses políticos?

La determinación final está, pues, a merced del Poder Judicial de la Federación, tanto en lo referente a la solicitud de prisión preventiva domiciliaria, como en lo relativo a confirmar el auto de formal prisión en el recurso de revisión contra la negativa de amparo.

Veremos.

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