Entre Hillary Clinton y Donald Trump, en realidad el presidente ruso Vladimir Putin parece ser el gran vencedor de la elección estadounidense.

Los reportes de inteligencia que aseguran que hackers rusos interfirieron en la campaña propagando noticias falsas y publicando información de las bases de datos del Partido Demócrata para favorecer a Donald Trump están creando rupturas internas, debilidades estructurales al interior del gobierno estadounidense, que sólo fortalecen a sus enemigos, y particularmente a Rusia.

La disputa más sonada es la que ya existe entre la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y el presidente electo de la Unión Americana:

Donald Trump recientemente criticó a la CIA después de que el diario The Washington Post dio a conocer que fuentes dentro de la agencia aseguran que Rusia metió mano en la contienda para ayudar al republicano. El equipo de Trump contestó, mofándose de la CIA: “estas son las mismas personas que dijeron que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva”.

Como en muchas de estas disputas políticas tan llenas de lodo, las dos partes parecen tener la razón cuando disparan al contrario.

Durante la campaña, Trump también criticó abiertamente al Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) por no indagar más sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton. El FBI —que hizo todo a destiempo y mal, exhibiendo una crisis interna francamente notable para una institución que suele presumir su fortaleza— anunció que renovaría la investigación de los emails tan sólo días antes de la elección. Y luego dijo que no había nada grave en ellos. Este cambio de señales llevó al equipo de Hillary Clinton a culpar al FBI de darle una ventaja competitiva a Trump con aquel anuncio imprevisto que pudo hacer cambiar de parecer a muchos votantes, y a Trump a molestarse por el resultado final de la indagatoria.

Ya en calidad de presidente electo, reforzando esta desconfianza, Trump no ha aceptado recibir los informes de inteligencia que las agencias estadounidenses tradicionalmente ofrecen todos los días al ganador de la elección durante los dos meses que transcurren entre que resulta vencedor y toma posesión. Trump ha optado por reunirse sólo una vez a la semana para escuchar estos informes.

Frente a todo este desbarajuste, algunos republicanos de cepa y estatura se han aliado con demócratas, el senador John McCain por los primeros y al líder de la minoría en el senado Chuck Schumer por los segundos, piden revisar de fondo si hubo una interferencia de Rusia en la elección estadounidense.

Uno de los pilares de la potencia mundial, el de sus agencias de inteligencia, vive una crisis que está por experimentar más sorpresas. Ganan sus adversarios.

SACIAMORBOS. Trump ha nombrado a Rex Tillerson como secretario de Estado. Tillerson es un empresario petrolero de ExxonMobil que tiene lazos con Putin y la jerarquía rusa.  Ucrania, Siria, migrantes y ahora esto… alguien está ganando todas.

historiasreportero@gmail.com

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