“Cuando Morena triunfe, en la República nadie se quedará sin trabajo, como lo hizo el presidente Roosevelt en Estados Unidos”, proclama Andrés Manuel López Obrador en un spot que lleva meses repitiéndose hasta el cansancio en radio y televisión, uno de los que usa para hacer campaña a la Presidencia en 2018 antes de los tiempos que permite la Ley.

López Obrador, que en sus discursos puede presumirse es un apasionado de la historia de México, parece desconocer la de Estados Unidos, la nación más importante para nuestro país, nuestra relación económica y política más estratégica.

Claramente López Obrador no es Franklin Delano Roosevelt, pero tampoco México tiene los precedentes para que el político tabasqueño se convierta en uno. Ni siquiera en un Roosevelt de Macuspana.

Se reconoce a Roosevelt como el presidente que sacó a Estados Unidos de la que fue por décadas la peor crisis económica de su historia: la famosa “gran depresión”. Pero los grandes estudiosos del tema coinciden en que esto no se debió tanto a su seductor plan New Deal (un atractivo y generoso programa de intervención del gobierno en la economía con regulaciones y programas sociales que hoy sería incluido sin duda en la lista populista) sino a que estalló la Segunda Guerra Mundial y la Unión Americana participó decididamente en ella.

Es decir, para fomentar el empleo y terminar con la crisis se necesitó de todo lo que implicó económicamente esa guerra: aumento en el gasto público, subsidios salariales, control de precios, control de compras, racionamientos, bonos.

Las cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto más altas durante el mandato de Roosevelt se dieron durante los años de la guerra (¡hasta 19%!) y no durante la implementación del New Deal. Además, fue en el arranque de la década de los cuarenta y no al final de la de los treinta cuando la vapuleada ciudadanía americana pudo empezar a sentir la recuperación más allá de las cifras macroeconómicas. Peor aún: son cada vez más los autores que de plano consideran que el New Deal profundizó la depresión económica en lugar de mitigarla.

Es obvio que el dueño de Morena no busca declarar la guerra a ningún país, de llegar a Los Pinos. Pero ante el evidente agotamiento del modelo económico vigente en prácticamente todo el mundo y la exigencia de la sociedad para renovarlo, el New Deal de Andrés Manuel López Obrador carece de imaginación, de rigor científico, de conocimiento histórico, y cae en la tentación de proponer viejas medidas, implementadas hace décadas, en contextos diametralmente distintos y con una eficacia francamente cuestionada.

Curioso: Roosevelt se reeligió tres veces, fue presidente durante cuatro mandatos. Literalmente no lo sacaron de la Casa Blanca hasta que falleció.

SACIAMORBOS. La SEP ajustó su propuesta de margen para reducir el calendario de trabajo, a decisión de cada escuela: Iba a ser de 170 a 200 días, ahora será 180-200. (Ver ).

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