El pasillo que conduce a la celda 20, de la que se fugó Joaquín El Chapo Guzmán hace casi dos meses, parece zona de obra.

Están vacías las estancias que antes albergaban a los líderes de los cárteles de la droga en México. En vez de ellos, entre los barrotes y a un lado de los que eran sus catres y retretes, una veintena de albañiles uniformados con camisa guinda y pantalones de mezclilla están remodelando, reforzando lo que quieren que sea el ala más blindada del penal más seguro del país.

El proyecto implica poner excusados en lugar de letrinas, realizar un par de mejoras estéticas más (“Almoloya” fue inaugurado en 1991) pero sobre todo cambiar estructuralmente los pisos. No por nada: fue un boquete en el suelo de su celda lo que permitió al más buscado escapar.

El nuevo piso está compuesto por tres niveles traslapados de un cuadriculado de varillas de acero de ¾ de pulgada, que se cruzan cada diez centímetros. Algo así como tres rejas de hierro sobre las que irá el cemento.

Fotografías de la obra, a las que tuve acceso y que recibí autorización del gobierno federal para publicar, pueden ser consultadas en www.carlosloret.com

El área de Tratamientos Especiales del Centro Federal de Readaptación Social Número 1, que es donde están internados aquellos a quienes el Consejo Técnico evalúa como los más peligrosos, está compuesto de veinte estancias en su planta baja.

Ahí estaban encerrados los líderes de los cárteles, pero los cambiaron de lugar temporalmente para realizar este blindaje que esperan sea entregado en aproximadamente un mes.

Las celdas del 1 al 10 están prácticamente terminadas. En el pasillo donde se localizan las numeradas del 11 al 20, apenas van iniciando.

La celda 20, la que era de El Chapo, de plano no ha sido tocada pues permanece bajo resguardo del Ministerio Público Federal. Cuenta con dos candados con cadenas además de su chapa electrónica. El problema es que tiene tres puertas: la interna de barrotes, la del recio metal que da al pasillo del penal… y el hoyo bajo la regadera que sale a 1.52 kilómetros de ahí en la bodega de una vivienda rústica.

*En la foto: Interior de una de las celdas del Penal del Altiplano que está siendo reforzada

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