Para cuando lean esta columna, ya sabrán (espero) el nombre del ganador en la contienda por la gubernatura del Estado de México. Y estarán (supongo) abrumados por una avalancha de números. Número de votantes, número de votos por candidato, número de votos por municipio. Números, números, números. Viviremos obsesionados por esas cifras durante algunos días o algunas semanas. Será, sin embargo, una obsesión efímera: esos datos pasarán pronto al olvido o al anecdotario en diez días más.

Sin embargo, hay otros números, esos sí cruciales, que espero se queden grabados en la mente de quién haya ganado la elección de ayer. Aquí van algunos:

Siete millones 17 mil 478: el número total de delitos cometidos en el Estado de México en 2015, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe), elaborada por el Inegi. Eso equivale a casi la cuarta parte de todos los delitos cometidos en el país.

Cinco millones 357 mil 213: el total de personas adultas que fueron víctimas de un delito en el Estado de México en 2015, según la Envipe. Para dar un orden de magnitud, esa cifra es equivalente a la población total de la zona metropolitana de la Guadalajara.

45 mil 795: el número de víctimas de delito por cada 100 mil adultos en el Estado de México en 2015. Esa tasa es la más alta de todo el país y es equivalente a casi dos veces la tasa nacional (28 mil 202).

95.4%: el porcentaje de delitos cometidos en el Estado de México en el que no se abrió una averiguación previa o carpeta de investigación (esta es la llamada “cifra negra”, tomada también de Envipe). Eso significa que en seis millones 694 mil 674 delitos cometidos en la entidad, no se inició una investigación formal.

2 mil 256: el número de víctimas de homicidio doloso en el Estado de México en 2016, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Eso equivale, más o menos, a 11% del total nacional. Si 2016 fue como 2015, es probable que el número de homicidios que reporte el Inegi para el año pasado en esa entidad federativa se ubicará en torno a dos mil 900. Para ponerlo en perspectiva, ese es un número de homicidios mayor en términos absolutos que el de cualquier país europeo con la excepción de Rusia.

408: el número de mujeres asesinadas en el Estado de México en 2015. Eso equivale a uno de cada seis homicidios de mujeres en el país. Para el caso de los hombres, la proporción es de uno de cada ocho.

20 mil 31: el número total de presos en el Estado de México en 2015. Para mantener tras las rejas a esa población, existían en el mismo año 11 mil 204 espacios. Es decir, la sobrepoblación era superior a 80%.

92%: el porcentaje de policías estatales y municipales en el Estado de México con ingresos mensuales inferiores a 15 mil pesos mensuales, según datos del Inegi.

90.6%: el porcentaje de mexiquenses que afirmó sentirse inseguro en su entidad federativa en 2016, según la Envipe. A nivel nacional, el dato comparable es 72%. Y a nivel de zona urbana, no hay municipio donde los habitantes vivan con más miedo que Ecatepec: allí, 93% de la población se siente insegura, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, también elaborada por el Inegi.

No busco abrumarlos con números. Pero es necesario dimensionar el tamaño del reto que enfrentará a quien haya ganado la elección ayer. Y este sólo uno de los muchos temas urgentes de la agenda pública. Estos números no son efímeros: van a estar allí, amenazantes, después de que pase la barahúnda electoral. Ojalá no se le olviden a quien quiera que tenga en sus espaldas las responsabilidad de gobernar el Estado de México.

alejandrohope@outlook.com

@ahope71

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