La ruta se abre el próximo lunes a convocatoria del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico con participación de empresarios, académicos y representantes de la sociedad civil.

La posibilidad de un nuevo proyecto de Nación, a tres meses del centenario de la promulgación de la Constitución, habla de un escenario incluyente con una base productiva que tenga como prioridad el crecimiento económico y el desarrollo industrial.

La exigencia nace de un escenario que ha sido inequitativo para el país: En 30 años de liberalización de la economía sobre la línea trazada por los organismos internacionales, México subordinó su mercado y producción interna a un paradigma que privilegió la apertura comercial sobre los intereses nacionales.

El eje del discurso del triunfante candidato republicano se centró en la desaparición de 60 mil empresas locales, en cuya secuela se perdieron 5 millones de empleos industriales de alta remuneración.

El espejo ubica a México en el mismo escenario bajo las proporciones derivadas de las asimetrías.

Nuestro país exporta anualmente 400 mil millones de dólares año, sólo que vía la necesidad de importar insumos para darles algún valor agregado bajo el esquema maquilador, cuya ventaja competitiva la constituye la mano de obra barata.

El contenido nacional de los productos hacia los mercados internacionales es de 25%.

De ahí el auge de los programas Inmex, es decir importar para exportar, con la novedad de que algunas empresas le dan la vuelta, colocando en el mercado interno materias primas o productos semielaborados procedentes de países sin acuerdos de libre comercio con México que entraron sin arancel o impuesto de importación.

El otro eje del actual esquema apunta a privilegiar el fomento a la inversión extranjera sobre la nacional, por más que la primera sólo representa 3% del Producto Interno Bruto, en tanto la segunda alcanza el 14.

Los “estímulos”, regalo y acondicionado de terrenos, exención de impuestos, colocación de infraestructura mínima, que se otorgan al capital extranjero que llega al país, no existen para el nacional.

El estilo chino aplicado en México.

Las economías más dinámicas del planeta, Estados Unidos, Alemania, Corea del Sur, garantizan piso parejo para quien incremente los empleos, además de promover la innovación, la educación de calidad, el financiamiento y una infraestructura competitiva.

La evidencia más firme del fracaso de la política actual la representa un crecimiento económico de 2.5% en promedio durante las tres últimas décadas, insuficiente para crear el millón de nuevos empleos que requiere año con año el país.

El equilibrio se vuelca a la migración o a la economía informal, cuando no a la delincuencia. La exigencia habla de una tasa mínima de crecimiento de 4%.

Los ejes de la discusión del foro se ubican en un libro recién publicado La responsabilidad del porvenir, una coedición del Colegio de México y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

La obra recoge docenas de voces de empresarios, académicos y representantes de la sociedad, en cuyo eje se reflexiona sobre aspectos socioeconómicos, políticos, política exterior, globalización, valor y desarrollo.

La tesis sostiene que el nuevo proyecto de México reclama una política industrial moderna, al margen del regreso del proteccionismo y el mercado cerrado.

Globalización con nacionalismo, es decir priorizar la planta industrial y la producción agrícola para garantizar soberanía alimentaria. El efecto Trump en la coyuntura de reivindicar el derecho de construir nuestro propio destino.

Balance general. A contrapelo del riesgo de que la volatilidad cambiaria se prolongue durante meses, lo que incrementará el servicio de la deuda externa, la Secretaría de Hacienda decidió no realizar recortes adicionales al presupuesto para evitar mayor descontento social.

La resolución corre en paralelo a la línea de la Comisión de Cambios de no intervenir el mercado para evitar mayor erosión de las reservas. La estrategia se centrará en un incremento de 50 puntos-base en la tasa de interés líder, en intento de evitar la fuga de divisas.

El golpe, naturalmente, encarecerá los créditos productivos.

Y aunque la carta está bajo la manga, ya no se habla de la línea de crédito abierta al país por el Fondo Monetario Internacional cuyo monto alcanza 70 mil millones de dólares, dado la amenaza de las calificadoras de degradar la calidad crediticia del país, ante el nivel alcanzado por la deuda total.

El efecto Trump, pues, nos alcanzó sin mayor posibilidad de trinchera.

TPP a la deriva. Aunque la mayoría de los funcionarios hacendarios y económicos le dan un porcentaje mediano de posibilidades a la sobrevivencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte al advenimiento de la era Trump, bajo la posibilidad de que el amago termine en renegociación, prácticamente la totalidad da por cancelado al Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica conocido como TPP.

De hecho, en el desconcierto se volvió a aplazar la discusión en comisiones del Senado de cara al sí o no del documento final para el concierto de 12 países.

Donald Trump externó en campaña su simpatía por el paso del Reino Unido en el sí a su salida de la Unión Europea, y letra por letra declaró que el TPP sería un golpe mortal para la industria manufacturera de Estados Unidos.

Al amago del dicho al hecho se había hablado de mantener la ruta con el resto de los países.

Sin embargo, es muy improbable, dada su dependencia con el vecino del norte, que México diera el sí, quedando en el aire la posibilidad de Canadá y Chile.

Megalicitación. Aprobada por la Secretaría de la Función Publica, finalmente salió la convocatoria para los contratos en materia de vales de despensa para servidores públicos durante lo que resta de éste y el próximo año.

La novedad es la exigencia de un Contrato Marco que servirá de referencia para todas las dependencias, lo que agilizará el proceso.

El problema, es que éste no define con claridad si se mantiene la tradición de los vales de papel o se migra a los electrónicos, en cuyo caso hay 26 firmas autorizadas por el Servicio de Administración Tributaria.

El ejercicio anterior dejó un saldo de contratos para empresas con valor de papel por 4 mil 500 millones de pesos.

Las empresas favorecidas fueron las francesas Groupe Up y Endered.

albertobarrancochavarria0@gmail.com

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