Por: Cristina Hernández
 

Al escenario de la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes subió una mujer que vestía una falda de vuelo amplio y un huipil hecho a mano, el bordado representa la forma en la que viven los mixes de Tlahuitoltepec y su relación con la naturaleza. Con su traje de gala, huaraches, una trenza y flores en el cabello; estaba de pie, junto al piano, esperando a que la gente se terminara de acomodar. Al escuchar las primeras notas, cerró los ojos para concentrarse, así pronunció la primera palabra en lengua mixe: tääkunk, que quiere decir “madrecita”.
 

La voz era de María Reyna González López, la primera mujer soprano mixe, quien con esta canción expresa todo el amor que siente por su madre y por la mayor de sus pasiones: el canto. 
 

En sus primeros conciertos recuerda haber visto a gente llorar y sonreírle diciendo: “gracias, no entiendo lo que dices cuando cantas, pero siento muy bonito al escucharte. Me llegó al corazón”.
 

María aplica la técnica de ópera en canciones de lengua mixe. Se ha presentado en el Teatro Juárez, de Oaxaca; en el Palacio de Bellas Artes, y en Santiago, Chile. 
 

“Con cada canción busco dar a conocer la riqueza cultural del lugar donde nací: Santa María Tlahuitoltepec, en Oaxaca, y de mi país”, dice María
 

Los primeros pasos
 

Cuando María tenía 8 años, empezó a cantar en el coro de la primaria a la que asistía, desde entonces supo que quería ser cantante. Ahora está cumpliendo su mayor sueño: grabar un disco con canciones en mixe, su lengua natal.
 

Al recordar su infancia, María dice que fue muy feliz, “era una niña soñadora y siempre quise ser famosa, a pesar de los malos momentos, como los maltratos en mi familia y la difícil situación económica que tenía, cantaba y bailaba en los cerros y montes”.
 

La familia de María Reyna no era muy cercana a la música porque sus padres son campesinos, se dedican a sembrar frijol, calabaza y frutas de temporada. “Cuando yo estaba chiquita de eso comíamos”. 
 

Sin embargo, el primer obstáculo para llegar a su meta, fue aprender a hablar bien el español, para poder tomar clases de canto, educar su voz y así poder  probar con canciones en otro idioma, como el italiano.  
 

En Tlahuitoltepec 63% de los habitantes sólo hablan mixe. Es una de las pocas regiones donde el número de hablantes de la lengua ha crecido en los últimos años, pues la tradición oral se conserva en esta región.
 

Sin embargo, el 53% población es analfabeta y quienes estudian casi siempre llegan hasta la secundaria, según datos del Atlas de los Pueblos Indígenas en México. 

 

Oaxaca: tierra de músicos
 

A pesar de todo, María creció escuchando canciones en mixe. “Empecé a cantar en concursos y en cada fiesta de mi pueblo, ahí es donde la gente se dio cuenta de mi voz”, recuerda María, mientras asegura que Oaxaca es “tierra de músicos”. 
 

Uno de sus maestros, Marcos Díaz, durante su estancia en el coro de la primaria en donde estaba, también notó que cantaba muy bien y la ayudó a practicar. La dejó hacer su primera participación como solista en la escuela, donde cantó “Oye mi canto”, una melodía dirigida a personas con discapacidad. 
 

“A los 12 años formé un grupo musical con mi maestro, él se ocupaba del teclado y yo de la voz. Empezamos en un restaurante y esa es la forma en la que nos dimos a conocer”. 
 

María duró 3 años en el grupo; pero hasta ese entonces, nunca estudió música de forma profesional, “todas las canciones las sacaba escuchándolas”.
 

Sus padres no tenían la posibilidad de seguir pagando su educación, sólo terminó la secundaria con el dinero que juntó cantando en el grupo. 
 

El grado promedio de escolaridad, en su municipio de Oaxaca es de 5.9, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social, mientras que el grado de escolaridad promedio en México, entre personas de 15 años y más es de 9.1, lo que significa haber cursado al menos la secundaria.
 

“Saliendo de mi casa quiero ser alguien más, quiero sobresalir y no vivir la misma situación de aquí, en la que las mujeres se dedican al hogar”, le dijo María a una de sus primas. 
 

A los 15 años, María decidió irse a vivir con su prima a Guadalajara, donde vive actualmente. En este lugar fue recibida por ella, quien la ayudó a conseguir un trabajo y le ofreció un lugar donde vivir. 
 

Al llegar, trabajó como empleada doméstica para pagar sus clases de canto y así también aprender a hablar mejor el español. En varias ocasiones cambió de trabajo porque no querían darle facilidades para estudiar canto, “pensaban que por venir de un pueblo no podía ejercer ninguna profesión y sólo debía trabajar”, dice María. Hasta que tiempo después encontró un lugar donde tuvo la oportunidad de trabajar y estudiar.

 

“Empecé a estudiar la preparatoria en Guadalajara, pero también por cuestiones económicas la dejé a medias por un tiempo hasta que después de un año la retomé y seguí con las clases de canto”, recuerda la soprano.
 

Uno de los maestros con quien inició fue Joaquín Garzón, quien la ayudó a aprender todo lo relacionado con la música. Desde un principio, el profesor se dio cuenta del  talento que tenía. “Ella cantaba muy bonito pero no sabía hacia dónde dirigir todo ese potencial”, comenta el  maestro Garzón. Empezó a enseñarle canciones en italiano para saber hasta dónde llegaba su voz y se dieron cuenta de que era soprano.
 

Ahora, María tiene 26 años y está estudiando la licenciatura en canto en la Escuela Diocesana de Música Sacra, en Guadalajara. La carrera de canto y música es una de las más demandadas, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México. De cada tres estudiantes que demandaron la carrera, sólo uno ingresó. 
 

Encontrar la luz
 

María empezó cantando baladas, rancheras y otras melodías populares; pero nunca había intentado cantar ópera. “Ahí es donde empieza a haber una luz en esa parte de mi vida. Siempre hay algo o alguien que te empuja, que te dice que sí se puede”, dice la cantante. 
 

Fueron muchos meses de trabajo para educarse tanto en el ámbito cultural de la música de su pueblo, como en investigar sobre la ópera y su origen. Así decidió fusionar ambos conocimientos para poder crear algo nuevo y no sumarse al 21% de los egresados que no tiene empleo y está buscando trabajo en la carrera de canto, de acuerdo con la UNAM.

 

El 10 de mayo de 2012, María subió un video a YouTube para su mamá. Como su madre no sabe hablar español decidió cantarle en lengua mixe para que ella supiera cuánto la ama.
 

El compositor de la canción que grabó, “Madrecita”, es una pieza de Palemón Vargas, uno de sus “abuelos”, como le dicen a las personas mayores en su comunidad. Fue esa melodía la que le abrió paso para hacer presentaciones en Chile y en  Bellas Artes. 
 

María se siente muy afortunada porque don Palemón es “alguien a quien le tengo mucho cariño porque ha estado conmigo y me ha apoyado desde muy pequeña.”

La grabación del video se hizo en su salón de canto y fue una motivación para ella porque llevaba mucho tiempo sin ver a su madre y a sus hermanos. 
 

El video fue visto por muchas personas que quedaron admiradas por su voz, entre ellas, una persona que estaba en Oaxaca, quien trabaja en el estado para defender los derechos de las mujeres indígenas. Gracias a esto, tuvo la oportunidad de dar su primer concierto en lengua mixe en el teatro Juárez de su estado natal. 
 

Durante el concierto en Oaxaca cantó en mixe y algunas canciones en italiano, aún estaba en los inicios de la técnica de ópera; por lo que tuvo que aprenderlas en poco tiempo. A partir de ese momento recibió invitaciones para presentarse en distintos lugares. 
 

El regreso a casa
 

Durante su estancia en Oaxaca, “tuve la oportunidad de estar con mi mamá, mis hermanos y con toda la familia que no veía desde hace tiempo y a quienes extrañaba tanto”, recuerda la cantante. Lo que más le gustó fue regresar a Oaxaca y empezar a cantar de manera profesional, en ese lugar la nombraron ‘la soprano mixe’, “ahí me bautizaron y me dieron la patada de la buena suerte”, asegura María.
 

Nunca se imaginó llegar hasta donde está, pero quiere lograr más cosas. Al principio, sus papás no estaban de acuerdo pero con el tiempo lo han entendido y les agrada ver que está haciendo lo que le gusta, “sobre todo mi mamá, siempre ha sido incondicional conmigo”, comenta María. 
 

En el disco que está grabando, habrá canciones típicas de Oaxaca en lengua mixe, principalmente, aunque también en zapoteco y maya. En cuanto esté terminado se harán las presentaciones de lanzamiento en la Ciudad de México, Oaxaca y Guadalajara.
 

Especialistas en música de la UNAM y de Conaculta, aseguran que la música tradicional de Oaxaca podría perderse en los próximos años debido a la avanzada edad de sus músicos, cantantes y a la falta de atención en el cuidado y mantenimiento de los instrumentos. Además de que las nuevas generaciones son influenciadas por las modas de otras regiones del país e incluso del extranjero. Ahora que está realizando su sueño de grabar un disco para dar a conocer su cultura en el mundo, ya tiene otras metas por cumplir. Quiere rescatar con su música las lenguas indígenas, en especial la mixe, náhuatl y maya, que son las que ella incluye en este proyecto; y de esta manera sean conocidas en toda la República Mexicana, en Europa y Estados Unidos, donde ya recibió una invitación para hacer presentaciones en Nueva York en los próximos meses.  

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