Texto y fotos actuales: Karen Sinahid Esquivel
Diseño web: Miguel Ángel Garnica

En entrevista con EL UNIVERSAL distintos expertos señalaron la importancia de aquellos juegos durante la infancia, los valores que aportan y los factores que influyen en las conductas violentas de los niños actualmente.

“Los juegos infantiles no se limitan a ser únicamente una actividad de recreación; son fundamentales en el proceso de socialización y aprendizaje en la niñez para el sano crecimiento. Ayudan a que, desde temprana edad, los niños aprendan a reaccionar y actuar rápidamente”, argumenta el sociólogo y sicólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana, Arturo Martínez.

En tanto, el académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, Raymundo Isidro Alavez, comenta que jugar aumenta la identidad de los niños, desarrolla su capacidad psicomotriz, a través de ellos (los juegos) conocen su cultura y eso les permite aprender valores “como la convivencia, la solidaridad, igualdad y la amistad”.

Por su parte, el sociólogo Arturo Martínez recordó que “por medio del juego, el niño expresa su mundo interior enlazándolo con el que les rodea. Descubren nuevas posibilidades de aprender”.

Los juegos de nuestros padres y abuelos

EL UNIVERSAL se dio a la tarea de preguntar a varias personas si conocían los juegos infantiles de antaño, con los que también crecieron nuestros padres y abuelos.

Había una larga lista de rondas infantiles y juegos de patio como: “La rueda de San Miguel”, “El Milano”, “La rana”, “Los 10 perritos”, “¡Que llueva, que llueva!” , “A la víbora de la mar”, “Naranja Dulce”, “Brinca la Tablita”, “Hilitos de Oro”, “Las madres de San Juan”, “En el agua clara”, “Mambrú”, “El patio de mi casa”, “Acitrón”, “Soy cojo de un pie”, “San Serafín”, “La paloma azul”, “Avena, avena” o “El relojito”, cuyo arreglo, en grabaciones que se hicieron de estas canciones en disco de acetato, se atribuye al compositor chileno Juan S. Garrido.

Del patio de juegos al Xbox
Del patio de juegos al Xbox

Con la nostalgia reflejada en su rostro, algunos adultos recuerdan los juegos con los que se divertían y gracias a los que compartieron momentos con otros niños de la cuadra, sus primos o amigos de la escuela.

Rememoran de manera casi perfecta las reglas de cada una de estas rondas y aseguran que se trataba de actividades en las que se requería de mucha habilidad y destreza, pero sobre todo que era muy divertido. Ahora, con los cambios tecnológicos y un nuevo panorama para la niñez y juventud, les asombra ver que el entretenimiento gire en torno a juegos virtuales.

Estos juegos tradicionales tenían como característica una canción que narraba una corta historia para hacer, al final, una pregunta o afirmación en la cual los niños que participaban debían echar a correr, esconderse o atrapar a alguno de los que jugaban.

Jovita García, de 81 años, cuenta que uno de sus juegos favoritos de la infancia era “Doña Blanca”. Para jugar tenía que haber dos personajes principales: doña Blanca y el jicotillo y los niños que formaban un círculo y se tomaban de las manos para proteger a doña Blanca.

“Teníamos que formar un circulo, quien era doña Blanca se ponía al centro de la rueda, mientras que el jicotillo estaba fuera de ella. Los niños del círculo cantaban: ‘Doña Blanca está cubierta con pilares de oro y plata. Romperemos un pilar para ver a doña Blanca (dos veces). ¿Quién es ese jicotillo que anda en pos de doña Blanca?’. Y el jicotillo respondía: yo soy ese jicotillo que anda en pos de doña Blanca”, explica.

Del patio de juegos al Xbox
Del patio de juegos al Xbox

Los niños del círculo respondían que doña Blanca no estaba, a lo que el jicotillo debía insistir hasta que le dijeran que sí estaba e ir preguntado a todos los niños de qué era cada pilar (las manos unidas de los niños). Un niño respondía que de oro, otro de plata, de madera, hasta que llegan al de papel. Entonces el jicotillo podía romper ese pilar; doña Blanca salía corriendo del círculo y el jicotillo debía atraparla, pero si doña Blanca regresaba a la rueda, el jicotillo perdía. En cambio, si atrapaban a doña Blanca, ella se convertía en el jicotillo y quien era jicotillo elegía a la nueva doña Blanca.

La historia de este juego hace referencia a la reina Blanca de Navarra, España, cuyos padres arreglaron su boda, pero ella se negó. Ante esto, la encerraron en un castillo llamado “Peñaflor” y era alimentada de pan y agua. Después del castigo, Blanca se casó y la canción hace alusión a la época en que estuvo aislada en el castillo hasta que aceptó, según datos de la página “Libros de primaria de los 80’s”, este cantico data de principios del siglo XV.

“Eran horas las que pasé jugando, corriendo y cantando cuando fui niña”, recuerda la señora Jovita. Ahora le sorprende que para su nieto de 13 años la diversión signifique pasar horas frente a la pantalla del televisor. “Dice que juega Xbox”, exclama sorprendida.

“En la escuela, las maestras nos enseñaban a jugar `A la víbora de la mar´, nos hacían que conviviéramos con otros niños, jugábamos a correr, a saltar la cuerda”, comparte David Salgado de 63 años. Comenta que cuando platica con sus nietos sobre las tradiciones de juegos de antaño, lo ven raro. “Se les ve en la cara que no les emociona, hasta me preguntan si eso era divertido”, confiesa.

El señor David les enseñó a sus hijos algunos de los juegos con los que él se divertía, “pero con los años y conforme se fueron juntando con otros niños empezaron a preferir otras actividades y también a practicar otros juegos”, explica.

Esos otros juegos eran las apuestas con canicas, girar el trompo o la rayuela –también conocida como el avión–. “Y eran juegos que implicaban competir con otros amiguitos, había que ser más hábil”, comenta el hijo del señor David, Luis Salgado, de 40 años.

El señor David y su hijo coinciden en que si los juegos de esa época se fueron perdiendo se debe a que ahora los papás ya no tienen tiempo de platicar con sus hijos de su niñez, de las tradiciones de antes. “El ritmo de vida ahora es muy diferente y muchas veces no hay tiempo”, argumentan.

Uno de los juegos que Jessica Esquivel, a sus 25 años, evoca es “¿Lobo estás ahí?”, para éste también se necesitaba formar una rueda. “Todos nos tomábamos de las manos, pero uno se quedaba en el centro del círculo y él era el lobo; mientras dábamos vueltas, cantábamos: Jugaremos en bosque, mientras el lobo no está aquí, porque si el lobo aparece a todos nos comerá, ¿lobo estas ahí?”.

El lobo daba alguna respuesta como "no, me estoy levantando", "no, me estoy bañando", “no, estoy lavándome los dientes” o “no, estoy amarrándome las agujetas”, hasta que decía por fin “aquí estoy”, entonces todos corrían para que el lobo no los atrapara y a quien tocaba, se convertía en el lobo.

“Se sentía una emoción en la panza cuando escuchábamos que el lobo ya iba a estar listo para correr a atraparnos”, confiesa Jessica al recordar aquellos días.

Una frase del famoso sicólogo suizo, Jean Piaget decía que "El juego de reglas es una institución implica una cooperación, suscita obligación", por esto, podríamos decir que tanto “Doña Blanca” como “¿Lobo estás ahí?” al ser clasificados como rondas de persecución que conllevan una serie de reglas aportan valores como la cooperación y el respeto, además de fomentar la convivencia, pues para jugarlos se necesitaban, al menos, seis niños.

Del patio de juegos al Xbox
Del patio de juegos al Xbox

“La rueda de San Miguel” es otro juego del pasado. Se cree que este juego tiene origen en España, donde vivía un señor de nombre Miguel que transportaba cajas de miel en un burro en varios pueblos, de quien algunos niños se reían. Un día cuando don Miguel bajaba de un pueblito querían que el burro se cayera, pero sólo don Miguel resbaló del burro, días después los niños visitaron al señor y como disculpa le hicieron esa canción.

Como su nombre lo dice se hacía un círculo, los niños se tomaban de las manos mientras cantaban: “A la rueda, rueda, de San Miguel, San Miguel. Todos cargan su caja de miel. A lo maduro, a lo maduro que se voltee Juanito de burro” (o cualquier nombre de los niños que jugaban).

Cada niño se volteaba al oír su nombre y se tomaba de las manos al contrario de los demás, hasta que todos terminaban volteados y repetían hasta regresar a ver hacia enfrente.

La ronda “La víbora de la mar” hace referencia a la época de los griegos y romanos. Los comerciantes de aquella época debían pagar una cuota a los árabes para trasladar mercancía de un pueblo a otro y había veces en que se quedaban sin mercancía o sin su última mula. Entonces, los niños de ese tiempo adaptaron esta situación a un juego. Unos niños hacían un puente y el resto simulaban ser las mulas, el último niño debía quedarse atrapado.

Con el tiempo, este juego se modificó en distintas regiones y países. La canción como se juega en México dice:

“A la víbora, víbora de la mar, de la mar, por aquí pueden pasar, los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán tras, tras, tras, tras.

Una mexicana que frutas vendía ciruela, chabacano, melón o sandía.

Verbena, verbena, jardín de matatena verbena, verbena, jardín de matatena

Campanita de oro déjame pasar con todos mis hijos menos el de hasta atrás tras, tras, tras, tras.

Será melón, será sandía, será la vieja del otro día, día, día, día, día.

¿A qué juegan los niños de hoy?

Es común en nuestros días ver que el entretenimiento de las nuevas generaciones infantiles está más relacionado con la tecnología y la era digital. Aunque en algunos casos sus padres o hermanos mayores les enseñaron algunos de los juegos tradicionales, saben manipular con mucha mayor facilidad el control remoto o el teclado del teléfono inteligente, argumentan que es más divertido y que es lo que tienen a la mano.

Al preguntarle a Javier, un niño de diez años, a qué juega con sus amigos, responde que casi siempre se reúne con otros niños a jugar Xbox. En la pantalla simula ser un personaje animado y a través de un control remoto maneja sus movimientos; puede luchar contra alguien, ir en una carrera de coches, cumplir alguna misión peligrosa o simplemente jugar fútbol con otros personajes virtuales, de los que sólo conoce el nombre, o contra el juego por sí solo.

En este sentido, la pedagoga Denisse Rico argumenta que esta manera de divertirse “está bien dentro de su contexto porque es lo de hoy” y obedece a que “es lo que conocen y con lo que crecen”, de manera que cuando la tecnología se usa de manera responsable puede desarrollar la inteligencia positivamente. “La ventaja para los llamados ‘millennials’ es que tienen la accesibilidad para conocer cualquier parte del mundo o cualquier cosa que les interese”, comenta.

Dos de los juegos que aún sobreviven entre los niños de hoy son las Escondidas y las Atrapadas, en los que se requería tener aún mayor habilidad e ingenio para correr y esconderse en cuestión de pocos segundos.

Gerardo tiene 13 años, pero recuerda que jugar a las escondidas era muy divertido. “Porque debíamos tener condición física para llegar antes que el que debía buscarnos para salvar a todos y que había veces que ya no quedaban más escondites y jugábamos hasta cansarnos”, fue un juego que le enseñó su tío apenas 11 años más grande que él; sin embargo, con el paso del tiempo casi nadie de sus primos quería salir a jugar y luego prefirió invertir su tiempo de diversión en la computadora y el celular.

Desde pequeña, Melisa de 11 años acostumbraba jugar con sus muñecas barbies o juegos de mesa como Turista mundial y aunque sus papás sí le enseñaron juegos tradicionales cuando era más pequeña no solía practicarlos mucho y ahora prefiere las aplicaciones del celular y la computadora. “Me gusta un juego de construir casas que se llama Sims”, detalla.

Del patio de juegos al Xbox
Del patio de juegos al Xbox

Cuando era más chico, Leonardo acostumbraba jugar con carritos. Ahora que tiene 11 años juega fútbol y le divierten las aplicaciones del celular y del Xbox. El único juego tradicional que juega son las Atrapadas. Mientras que Alan de 11 años refiere jugar con soldados de plástico y fútbol. Aunque le divierten mucho los juegos digitales, dedica en promedio dos horas jugando fútbol, y una a los juegos de la computadora.

Del patio de juegos al Xbox
Del patio de juegos al Xbox

El contexto social ha cambiado

Es importante mencionar que si bien los juegos han cambiado de una generación a otra, la transformación en los juegos infantiles no es el único factor que ha provocado cambios en el comportamiento de la niñez.

En palabras del doctor en sociología René Jiménez Ornelas, la violencia en los niños está relacionada con el contexto de inseguridad y violencia en el que se encuentra el país. "Uno de los factores que está dentro de la violencia es la situación estructural en México, en donde hemos visto cómo algunos niños llegan a agredir a profesores, incluso a personas mayores o a sus propios padres cuando llegan a determinada edad", argumentó.

Al respecto, Denisse Rico dice que “se trata de una responsabilidad compartida: los padres deben enseñar a sus hijos a utilizar las aplicaciones móviles, pero también fomentarles algunos juegos, investigar, dedicarles tiempo”.

Del patio de juegos al Xbox
Del patio de juegos al Xbox

Para muchos, estos juegos representan recuerdos de la infancia, la de nuestros padres y abuelos y que hoy prácticamente quedan en la memoria y en aquellos que sigan compartiendo con las nuevas generaciones estas tradiciones.

Los juegos tradicionales forman parte de la riqueza cultural y frente al contexto social en el que vivimos, sería importante regresar a enseñar a los niños estos juegos que forman parte de la tradiciones de la infancia y que, como afirman los expertos,  fomentaban valores como la solidaridad, el respeto a los mayores y coadyuvaban a desarrollar capacidades físicas y mentales.

Fotos antiguas: Archivo EL UNIVERSAL, Colección Villasana-Torres y Enciclopedia 6 Siglos de Historia Gráfica de México de Gustavo Casasola.

Fuentes: Entrevista con el sociólogo y maestro en Idiomas de la FES Acatlán, Raymundo Isidro Alavez. Entrevista con el sociólogo Arturo Martínez. Entrevista con el sociólogo y coordinador de la Unidad de análisis de violencia social del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Entrevista con la licenciada en pedagogía, Denisse Rico Maldonado. Entrevista con los señores David Salgado, Luis Salgado, la señora Jovita García y con Jessica Esquivel y con las niñas Melisa, Nicol y los niños Javier, Gerardo, Leonardo y Alan. Página de internet Libros de Primaria (http://librosdeprimaria80s.blogspot.mx/).

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