El futuro de la vaquita marina —marsopa endémica del Alto Golfo de California—, y del empleo de miles de personas que viven de la pesca en la región, se encuentra en grave riesgo.

En semanas anteriores numerosos reportajes han evidenciado la imparable pesca furtiva de la totoaba, un pez seriamente amenazado y cuya vejiga natatoria o buche es vendida en miles de dólares en el mercado negro chino. En opinión de diversos expertos en materia ambiental y pesquera, la pesca furtiva de totoaba no sólo amenaza a esta especie, sino que también se considera la mayor fuente de mortalidad para la vaquita marina, especie al borde de la extinción.

El gobierno federal y las dependencias involucradas en la inspección y vigilancia del área han incrementado esfuerzos para proteger a estas especies. A pesar de esto, la pesca furtiva continúa representando una seria amenaza. Estamos convencidos de que se requieren medidas para eliminar la pesca furtiva, de lo contrario el futuro de la biodiversidad del Alto Golfo y el empleo de los pescadores que actúan dentro del marco de la ley, estarán en riesgo.

México —sus pescadores, gobierno y sociedad organizada— tiene la oportunidad de asegurar un futuro próspero en el Alto Golfo implementando nuevas soluciones para garantizar que ninguna vaquita ni totoaba sea afectada por la pesca legal y ordenada.

Autoridades federales y estatales, pescadores, organizaciones de la sociedad civil e investigadores han trabajado con EDF de México para desarrollar soluciones que salvaguarden las especies protegidas y promuevan una pesca responsable. Éstas incluyen medidas de manejo pesquero y una ruta crítica para aplicarlas en todas las pesquerías legales de la región.

El uso de nuevas tecnologías de monitoreo, segregaciones espaciales y temporales, así como restricciones de redes y equipos de pesca, deben ser parte de las soluciones. Estas medidas están diseñadas para aprovechar la tecnología remota con el fin de respaldar las acciones de inspección y vigilancia, verificar la aplicación de la ley y garantizar la observancia de la normatividad ambiental y pesquera por parte de los pescadores y de las entidades de gobierno. Postergar la implementación de estas propuestas pone en serio riesgo tanto a la actividad pesquera, como a la supervivencia de especies amenazadas.

Estas medidas de manejo deben ser la regla para todas las pesquerías que se realicen en el Alto Golfo.

México ha demostrado en numerosas ocasiones un serio compromiso con la conservación ambiental. Este avance debe continuar y los esfuerzos deben redoblarse. El gobierno mexicano —en alianza con pescadores y otros actores del sector— necesita poner en marcha acciones significativas de inmediato para eliminar prácticas ilegales, promover pesquerías saludables y asegurar un futuro para la vaquita marina, la totoaba y las comunidades pesqueras del Alto Golfo.

Directora general de Environmental Defense Fund de México

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