Por Soley Silva

La ciudad de México está rodeada de montañas y volcanes, es conocida como la cuenca de México, lugar en el que los aztecas decidieron fundar la ciudad de Tenochtitlan hace casi setecientos años. La cuenca de la ciudad de México se llama endorreica ya que no tiene salidas al mar.

El territorio que comprende a la ciudad de México lo ocupaba un lago de grandes extensiones conocido como el lago de Texcoco, estaba entre lo que hoy es el centro de la Ciudad de México y los municipios de Nezahualcóyotl y Ecatepec en el estado de México.

Lo que es desconocido para algunos es que el lago de Texcoco es un sistema y no solo un gran lago, esto significa que aparte existían otros cuatro: Zumpango y Xaltocan al norte, Xochimilco y Chalco al sur y el ya conocido Texcoco al centro.

Estos lagos se diferenciaban no sólo por su extensión (el de Texcoco era más grande que los demás), sino porque tres de ellos (Xaltocan, Zumpango y Texcoco) eran de agua salada ya que las elevaciones del norte se desgastaron y liberaron sales minerales como cloruro de sodio o sal común, que era extraída, consumida y comercializada por los habitantes de la cuenca, se consumía tanto la sal que llegaron a importarla de ciudades aledañas; gracias a estas actividades la civilización mexica tuvo un importante desarrollo económico y social.

No sólo se explotaron los recursos en el norte de la cuenca, el agua dulce de los lagos del sur fue aprovechada principalmente por los habitantes de Xochimilco para crear sistemas de cultivos llamados chinampas, construidos sobre el lago con arcillas para crear islotes que permitieran el cultivo de productos agrícolas.

Actualmente, la Ciudad de México es una de las más pobladas del mundo, el pasado lacustre que tiene, revela muchas de las situaciones que se viven día a día, como las inundaciones.

 

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