Un año que comienza es siempre un lienzo en blanco: una oportunidad para pensar estratégicamente en los desafíos y las oportunidades de un ciclo que inicia. En la Cancillería resulta especialmente significativo porque, desde 1989, aprovechamos este contexto para reunir a los embajadores y cónsules de México, dialogar sobre lo realizado en los doce meses previos y definir nuestra labor en los doce meses subsecuentes.

Este año ofrece un panorama complejo e incierto. Fenómenos globales como el terrorismo y el extremismo violento muestran que el paisaje mundial se cubre de claroscuros que debemos enfrentar con decisión. No menos importantes son las nuevas realidades del fenómeno migratorio, expresiones de un panorama humanitario al cual no podemos dar la espalda.

Pero acontecimientos recientes demuestran que, cuando existe la voluntad política suficiente, la cooperación internacional no es una mera aspiración. Así, la normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos puso fin a paradigmas propios de la Guerra Fría, mientras que la adopción de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París en materia de cambio climático han confirmado la efectividad de un sistema multilateral que avanza con ímpetu renovado hacia la construcción de un futuro mejor.

Con este marco de referencia, la reflexión que hicimos con nuestros embajadores y cónsules, hoy reunidos en la ciudad de México, fue la exigencia de seguir posicionándonos como un actor con responsabilidad global: un actor llamado a estar en primera fila cuando de gobernanza del planeta se trate. Ejemplos de ello es nuestra participación activa en el diseño y la construcción del orden normativo mundial a partir de nuestra membresía en “clubes de gobernanza global” como el G20 o el Espacio MIKTA y nuestra contribución a la reforma y fortalecimiento de la ONU.

Para continuar por ese camino, he delineado cinco prioridades de política exterior para 2016:

1. Responder integralmente y de manera multidimensional al reto de la migración, situando a la persona migrante como centro de nuestro actuar, como sujeto de derechos y como un agente catalizador y facilitador del desarrollo. Para hacerlo, la Cancillería lanzará “Puertas Abiertas”, un programa que buscará contribuir en la reinserción de nuestros connacionales en retorno y que hará uso de nuestra red consular en Estados Unidos y de delegaciones de la SRE en el país para que sean puente entre el “México de adentro” y el “México de afuera”.

2. Aprovechar los cambios en el hemisferio, tanto al norte como al sur, para consolidar nuestras alianzas estratégicas, identificar sinergias con nuevos socios potenciales y continuar generando confianza en diálogos restituidos hace poco tiempo. Ejemplos de esto son Argentina, Canadá, Cuba y Estados Unidos, entre otros.

3. Promover el ejercicio de la democracia y la plena vigencia de los derechos humanos de manera coherente y comprometida. Diversos países latinoamericanos vivieron recientemente pruebas de fuego que han supuesto un desafío no menor para la salud democrática de la región, cuya promoción será una prioridad de nuestra política exterior.

4. Participar y beneficiarnos de la evolución del sistema comercial internacional. Usaremos las nuevas plataformas comerciales para iniciar y retomar diálogos de política exterior y mundial con actores que están configurando el nuevo equilibrio del poder internacional. Esto incluye a la Alianza del Pacífico, el Acuerdo de Asociación Transpacífico, la Unión Europea y Medio Oriente, entre otros.

5. Contribuir a la lucha por la igualdad de género a nivel global y en casa. Ningún país puede prescindir del talento y la energía de la mitad de su población; ningún país que se proponga superar sus retos puede marginar de su toma de decisiones, de las oportunidades, a más de 50% de sus habitantes. Por ello, continuaremos contribuyendo en la lucha por el adelanto y el empoderamiento de la mujer.

Anticipar las tendencias del futuro es un imperativo para aprovechar aquellas oportunidades que permitan seguir posicionando a México en el lugar que le corresponde en el sistema internacional del siglo XXI. Por ello, he pedido a los embajadores y cónsules que su labor cotidiana de promover el interés nacional de México sea la expresión de un compromiso que debe guiarnos a lo largo de este año. Esto para potenciar todas nuestras capacidades en favor de las mejores causas de la humanidad, las cuales también son —para fortuna de todos— las mejores causas de México.

Secretaria de Relaciones Exteriores de México

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses