El pasado 28 de enero, como hace 10 años, se celebró el día internacional de la Protección de Datos Personales. En este contexto, el Inai organizó jornadas de sensibilización en distintos foros de la República en los que especialistas nacionales e internacionales debatieron sobre el estado actual, futuro y pasado de este derecho fundamental.

El tema es de relevancia, los números de las encuestas muestran una sociedad con un creciente interés por ejercer su derecho. Hay preocupación y no es para menos: exponer nuestros datos personales sin control nos deja, como ninguna otra acción, vulnerables a oportunismos mercantilistas, abusos, delitos, chantajes, y otros peligros, no solo a nosotros, también a nuestras familias. Sin embargo, estas mismas mediciones muestran que hay un conocimiento irregular acerca de las formas en que se puede ejercer el derecho.

Que la gente esté consternada no es una gratuidad ya que el tema se enrarece cuando, como dimos cuenta en comunicados y mesas de trabajo relacionados con la celebración del día 28, el mal uso de los datos personales en nuestro país amerita encender focos rojos. Ser octavo lugar en robo de identidad en el mundo y tercero en América Latina, es lamentable. Que de acuerdo con la Condusef las denuncias por robo de identidad se hayan incrementado 40% en un año, es un preocupante indicativo. Que la tipificación de delitos relacionados a la protección de información personal sea tan dispareja en nuestro país, es alarmante.

Por lo anterior es un imperativo que las autoridades, organizaciones y ciudadanía se involucren y creen sinergias para atajar los problemas. Por una parte, en el Inai, como organismo encargado de tutelar el derecho en cuestión, debemos avocarnos no sólo a prevenir este delito, sino también a colaborar en su combate con los organismos garantes de los estados, titulares de los datos personales y víctimas.

Por otra parte, a la fecha, sólo 16 entidades sancionan en sus códigos penales el robo de identidad o alguna de sus variantes (por ingeniería social, dumpster, pretextos, espionaje por encima del hombro, clonación, phishing, pharming, entre otros). Resulta apremiante el consenso de sanciones a nivel estatal y federal para evitar disparidades regulatorias.

A pesar de este panorama, aún conviene desmitificar que la protección de datos consista en ocultar nuestra información personal o negarla a cualquiera que la solicite. Para generar conocimiento, lograr mejores servicios, personalizar experiencias, incluso salvar vidas, nuestros datos juegan un papel fundamental. Lo importante es ser capaces de discernir cuáles se dan, a quién, en qué contexto y, en segundo lugar, cómo poder acceder a esa información, rectificarla, cancelarla u oponerse a su uso. Leer el Aviso de privacidad, la medida que más personas califican como la mejor forma de ejercer su derecho de protección de datos, es algo positivo; no obstante, hay que saber qué más se puede hacer.

Por ello, sostengo que el tema se debe resolver no sólo con nuevas normativas y acciones a escala institucional; hay un trabajo que hacer en las familias, en los cafés con los amigos y en las aulas de escuelas y universidades. Muy a propósito recomiendo la lectura de la Guía para prevenir el robo de identidad (http://inicio.ifai.org.mx/nuevo/Guia%20Robo%20- Identidad.pdf) publicada por el Instituto en su sitio web. No es raro que en Europa la regulación tenga como principal objetivo que sean los ciudadanos los que tomen el control de su propia información. La responsabilidad en el cuidado de los datos personales es de todos. El crear conciencia de las formas en que podemos exigir nuestros derechos podrá ir construyendo el contrapeso a la indiferencia que muestran algunos administradores de bases de datos en nuestro país.

Por lo pronto es bueno que los partidos en el Congreso coincidan en que uno de los temas de agenda de estas legislaturas deba ser la expedición de la Ley General de Protección de Datos Personales; hecho que es, sin duda, un aliciente para contar con un marco legal en nuestro país desde el cual partir, así como para desarrollar tecnologías que permitan filtros más efectivos de detección de identidad.

Desde luego, en el INAI continuaremos trabajando duro para propiciar una cultura de protección de datos personales y dar seguimiento a las infracciones a la ley vigente. No obstante, como ciudadanos, hay que hacer lo nuestro, y el tema, hacerlo nuestro.

Comisionada presidente del Inai.
@XimenaPuente

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