Entre 15 y 20 mil millones de pesos. Eso es lo que, según estimaciones de la Secretaria de Hacienda, representa anualmente el robo de combustible. Pero no solo se está perdiendo dinero.

De los 14 detenidos luego del ataque de huachicoleros a militares en Palmarito, Puebla, cuatro eran menores de edad. Es una realidad: los niños y jóvenes forman parte de las bandas del crimen organizado. Los ladrones los emplean como halcones. No sólo vigilan las tomas clandestinas. Son muchas veces ellos los que realizan los trabajos en las perforaciones o se encargan de las ventas ilícitas. Entre 2010 y 2016 más de 600 menores fueron detenidos en posesión de combustible robado.

La asociación Alto al Secuestro dejó caer la advertencia: la delincuencia organizada busca utilizar a más menores de edad para cometer delitos. Por ello celebró que la Suprema Corte tomara la discusión de la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes. Los ministros declararon constitucional la prisión preventiva para jóvenes mayores de 14 años y menores de 18 acusados de delitos graves. Esto solo podrá ser aplicado excepcionalmente por un juez y será sujeto a una revisión mensual. Podrán estar internados hasta por 5 meses.

Mantener a los menores infractores en prisión preventiva presumiblemente desincentiva su participación en delitos y hasta los protege de los adultos que los explotan y exponen a tantos riesgos. El problema son las condiciones en que se da esa reclusión temporal.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha reportado tratos crueles y degradantes en prácticamente la totalidad de los Centros de Tratamiento Interno para Adolescentes que hay en el país. En algunos casos hay hacinamiento e insalubridad. Los golpean, encierran e insultan.

Esa la opción que brinda el Estado para esos jóvenes. Que a nadie extrañe que sean fácilmente seducidos por el crimen organizado.

HUERFANITO. Las mujeres siguen encargándose del trabajo no remunerado. Destinan 65 por ciento de su tiempo a labores domésticas y de cuidado. Sólo 32 por ciento de su trabajo total es en actividades por las que reciben un salario. Trabajan dentro y fuera de casa. Una doble jornada laboral que pocos reconocen. Entender que el trabajo doméstico debe ser tarea de todos los que viven en casa sí sería un buen regalo por el 10 de mayo. Las flores y serenatas son muy bonitas, pero no acaban con el cansancio crónico de mamá.

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