“Es un gran honor para nosotros anunciar que hemos alcanzado un acuerdo sobre el asunto nuclear de Irán… cumplimos con lo que el mundo esperaba acerca de un compromiso compartido para la paz y unir esfuerzos con el fin de hacer a nuestro mundo más seguro”. Con esta declaración, Federica Mogherini, la jefa de la política exterior de la Unión Europea, anunció en la mañana del martes 14 de julio en una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamed Javad Zarif, el final feliz de un proceso que tomó 21 meses de negociaciones entre Irán y las potencias mundiales conocidas como P5+1.

Por su parte, Zarif expresó “aprecio por aquellos que comenzaron y continuaron este proceso con el fin de alcanzar una solución ‘gana-gana’ y superar lo que vemos como una crisis innecesaria… estamos empezando una nuevo capítulo de esperanza”.

Para el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, que pasó las últimas tres semanas en Viena para alcanzar un acuerdo final, el pacto fue más que detalles técnicos. “La medida real de este acuerdo no es si cumple con todas las demandas de una de las partes, sino si deja al mundo más a salvo que sin él”.

El nombre formal del acuerdo es “Plan de Acción Integral Conjunto”. Apunta a frenar el programa nuclear de Teherán y al mismo tiempo levanta gradualmente sanciones internacionales. Es un acontecimiento histórico importante que puede tener profundas consecuencias geopolíticas y económicas en la región de Medio Oriente y más allá.

Los tropiezos en la ronda final de las negociaciones fueron sobre el levantamiento de las sanciones, y eso será llevado a cabo después de que el acuerdo sea votado en el Congreso estadounidense, que tiene 60 días para revisarlo, y después de que el Consejo de Seguridad de la ONU emita una resolución relativa a todos los asuntos relacionados con el programa nuclear iraní. Levantar las sanciones sobre el armamento es algo que tendrá lugar después de cinco años y sobre los materiales relacionados con los misiles balísticos, después de ocho años.

Las visitas a los sitios nucleares iraníes y similares serán programadas previamente y no se entrevistará a científicos iraníes para investigar actividades previas. Ambos bandos se mantuvieron dentro del marco adoptado el pasado 2 de abril y las últimas concesiones fueron hechas por ambos lados.

El acuerdo con Irán puede poner el ejemplo sobre las condiciones y medidas que deben ser adoptadas por todos los Estados miembros del Tratado de No Proliferación supervisado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Más de 30 naciones han expresado su intención de usar energía nuclear con objetivos civiles. La implementación del acuerdo será supervisada de cerca por la AIEA.

Los beneficios para Irán son enormes. Con la normalización de sus relaciones con el mundo, Irán jugará un papel importante en la región.

La dirección de la política iraní es un supuesto. La economía iraní será liberada de las sanciones y el país tendrá acceso a más de 100 mil millones de dólares de activos congelados. Su infraestructura necesita una renovación urgente y muchos de sus sistemas necesitan ser actualizados. El pueblo iraní soportó durante mucho tiempo austeridad y privación, ahora puede mirar hacia una era de prosperidad y apertura, y el presidente Hassan Rouhani y su equipo ganarán mayor apoyo en una sociedad polarizada entre moderados y conservadores.

Para el presidente estadounidense, Barack Obama, el acuerdo constituye una parte importante de su legado en la política exterior. Enfrenta una creciente batalla con sus opositores en el Congreso y anticipó la dificultad diciendo: “Creo que sería irresponsable dar la espalda a este acuerdo. Estoy confiado de que este acuerdo satisface el interés por la seguridad nacional de Estados Unidos y de nuestros aliados. Entonces vetaré cualquier legislación que prevenga la implementación exitosa de este acuerdo”.

Los líderes republicanos en el Congreso se apresuraron a expresar su rechazo hacia el acuerdo incluso antes de tener la oportunidad de leer las 159 páginas del documento. Los conservadores en Washington tienen su contraparte en aquellos que conforman la línea dura iraní, quienes expresan sus dudas sobre los esfuerzos llevados a cabo por los negociadores y su habilidad para proteger el interés nacional, pero el apoyo del líder supremo iraní Alí Jamenei al acuerdo tiene un efecto decisivo en su adopción en el Parlamento (Majlis Al-Shawra).

En Medio Oriente, las reacciones varían dependiendo de la posición política de cada gobierno. El primer ministro israelí lo considera un error histórico, mientras los oficiales sauditas lo consideran un desacierto histórico. El presidente Bashar al-Assad, en Damasco, expresó su emoción con la “victoria” iraní. Los Emiratos Árabes Unidos acogieron el acuerdo y felicitaron a las partes por su logro.

El futuro dirá si este acuerdo tendrá su efecto transformativo en la sociedad iraní y en la política regional de su gobierno hacia un papel constructivo, o si la fortuna que viene será utilizada para invertir más en actos disruptivos y divisivos, que tienen hasta ahora efectos destructivos y sangrientos en el Medio Oriente.

El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011

nouhad47@yahoo.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses