No podemos negar que la natación en nuestro país vive problemas que se tienen que arreglar para beneficio de los atletas. Sin embargo, debemos entender que no es el momento para dedicarnos a ponerle nombre a los responsables. Hoy debemos ver más allá de eso. Debemos mantener un entorno tranquilo para potenciar las opciones de estos atletas que se esfuerzan en busca de dar resultados para México.

Lo que quiero decir, sobre todo a esas deportistas que se encuentran en medio de esta crisis, es que desafortunadamente la CONADE no ve la natación como un deporte prioritario debido a que en 48 años no ha ganado una medalla olímpica aunque primero deberían explicarnos las razones de esto; que lo único que le interesa al Comité Olímpico Mexicano es saber quién es más poderoso entre la Federación Mexicana de Natación, la CONADE o el propio Comité. Pero no tiene porque ser así.

Y no se trata de politizar, pero es un asunto que no podemos perder de vista y dejar pasar como si no importara. Lo que quiero decir a todos los que estamos involucrados en la natación de México, es que no descuidemos el gran potencial que tiene este deporte, un deporte prioritario para cualquier país del mundo, un deporte por el que deberíamos estar todos preocupados porque se practicara de forma importante en todo el país.

Hay que entender bien lo que está pasando y no ir a los extremos, no tirar al precipicio el trabajo de los atletas en las albercas de otros países como Estados Unidos, en donde los tratan de manera extraordinaria con apoyos, becas o medias becas. Algunos otros, se mueven con el apoyo de sus padres en busca de las oportunidades que acá no encuentran. Esto es una desgracia. No quiero señalar un culpable directo, lo cual parece es lo más sencillo antes que buscar soluciones reales. Todos aquellos que estamos inmersos en el deporte y su desarrollo debemos pensar qué es lo que queremos para nuestros jóvenes, para los niños que están tratando de emular a los nadadores mexicanos que en el pasado dieron brillo a nuestro país en este bello deporte.

En este punto, las siguientes preguntas son inevitables: por qué razón nuestros nadadores se van a otros lugares, por qué intentan sacar adelante una carrera académica y a la vez ser nadadores de alto rendimiento, por qué razón no hemos tenido el éxito que podríamos tener cuando hay tanto dinero en el deporte mexicano. Esos son los temas a resolver.

El mensaje es para todos aquellos que tienen que ver con esta disciplina. Desde los entrenadores, políticos del deporte y dirigentes de la federación: tomen un momento y pónganse en los zapatos de los jóvenes que entrenan hasta ocho horas diarias, de aquellos que han tenido que buscar el sueño americano, de los padres que hacen un gran esfuerzo para darle esa oportunidad a sus hijos.

Sabemos que la política deportiva en México es una porquería, pero considero que a unos días de que 22 nadadores mexicanos traten de dar marcas para los Juegos Olímpicos en Charlotte, a unos meses de que un puñado de seleccionados participen en el Pan Pacific y de Río 2016, no debemos desviar la atención que merecen los atletas en temas de una grilla que no sirve para nada.

Debemos sensibilizarnos con todo lo que está pasando y no señalar culpables solo por señalar. Seguramente pensaran que tengo algún interés diferente al del desarrollo de los deportistas y no es así. Lo único que deseo es que en estos momentos apoyemos y dejemos a los nadadores terminar el ciclo olímpico de la mejor manera. Una vez que suceda esto, ya podemos comenzar a juzgar a los responsables de lo que está pasando y ha pasado después de ocho años de una administración que no ha funcionado como se esperaba. Vamos a esperar a que terminen las competencias de estos muchachos, los Juegos Olímpicos, para entonces sí, todos aquellos que estamos involucrados en la natación mexicana nos pongamos a trabajar en busca de darle fin a los problemas de este deporte que tanto queremos.

 Profesor 

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