La noticia del bronce otorgado a Luz Acosta, cinco años después de su participación en los Juegos Olímpicos de Londres, tiene dos historias que vale la pena que la gente conozca. La primera, es la de la dedicación de parte de esta atleta para su deporte, la halterofilia, en el que se le hace justicia luego de que las competidoras que en su momento  habían quedado delante de ella salieron positivas en pruebas antidopaje.

La segunda historia es la de cómo tuvo que luchar contra las malas decisiones de su federación para asistir a esos olímpicos. Rosalio Alvarado, presidente de la federación, no quería que fuera e impulsaba a otra atleta al grado de dejar de tener contacto con Acosta, quien al final recibió apoyo del COM, Codeme y Conade para ir a Londres.

Alvarado es uno más de los dirigentes del deporte en México que se han eternizado en el cargo y que en lugar de apoyar a sus atletas parece buscar ponerles el pie. Así como sucedió con el poco nulo apoyo a Acosta en 2012, Brendi Roque sufrió para conseguir el cuarto lugar en Río 2014, en donde participó con un uniforme lleno de parches ya que el que le dieron no era de su talla. Esto es completamente ridículo. Este hombre estaba en la lista de las investigaciones por malos manejos de los recursos que desafortunadamente ya no ha avanzado.

A pesar de las trabas para su llegada a los olímpicos del 2012, Acosta participó en la categoría de los 63 kilogramos y ahora, después de cinco años la federación internacional de halterofilia le ha colocado en la tercera posición. Ojalá que ahora este hombre Alvarado no nos quiera cambiar el discurso y se apunte este resultado para una gestión que como en el resto de las federaciones con presidentes que se hacen viejos en los cargos.

Esperamos que la respuesta y el apoyo del Comité Olímpico Mexicano sea inmediato para esta mujer que si bien no pudo disfrutar el momento de subirse al podio y recibir la medalla que ahora tendrá en casa, se ha manifestado satisfecha porque ahora ve recompensado el esfuerzo y la batalla que tuvo para llegar a la justa en el 2012.

En estos momentos, el COM tiene que esperar la comunicación por parte del Comité Olímpico Internacional para iniciar con el papeleo y concluir con la entrega de la presea. Este procedimiento  puede durar algunas semanas o meses, pero no estaría de más que así como la apoyaron en su momento para que fuera Londres, ahora busquen acelerar el procedimiento.

Con esta medalla, la marca de la delegación mexicana en los olímpicos de 2012 quedará en 8 preseas obtenidas, una de oro, tres de plata y cuatro de bronce. Pero más allá del reconocimiento a la labor de Luz en aquellos olímpicos, esta historia nos vuelve a destapar esos casos en los que los dirigentes de las federaciones no toman a todos sus atletas en cuenta, incluso a los deportistas con las mejores marcas en sus disciplinas, y se inclinan por otros que quizá no están todavía listos para dar mejores resultados. Bien por Luz Acosta que a partir del pasado viernes ha quedado en la historia como una medallista más para nuestro país.

Profesor

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