El próximo jueves 6 de agosto se cumplen 50 años del lanzamiento del álbum Help! de los Beatles, uno de los grupos musicales cuya genialidad y arrojo, junto con otros grupos, abrieron un gran capítulo en la historia de la música popular con grandes repercusiones en la conformación de un nuevo modo de pensar, sentir, actuar, vestir y cantar, que ha sido referente para muchas generaciones desde entonces. La música y letra de John Lennon, George Harrison, Paul McCartney y Ringo Starr inspiraron a millones de jóvenes en la búsqueda de las respuestas que se planteaba su adolescencia entre la soledad y la notoriedad. La originalidad de estos cuatro jóvenes hizo que se convirtieran en íconos de una era para trascender de un simple grupo musical a un símbolo cultural que perdura hasta nuestros días. Entre las memorables rolas de ese álbum destaca la canción Yesterday, como un lamento íntimo que es un himno a la melancolía. Dos semanas más tarde del lanzamiento del álbum mencionado, el grupo norteamericano The Rolling Stones estrenaría la obra que les daría fama (I can get no) Satisfaction, obra en la que los jóvenes estadounidenses entonarían el sentimiento de agobio por el inminente reclutamiento para ir a Vietnam a combatir en una guerra que no tenía motivos y que nunca se iba a ganar.

Ese año la música dejó huellas perdurables; el Oscar a la mejor película se le otorgó a La Novicia Rebelde (The Sound of Music).

Por una parte la cultura pop diluyó las barreras de comportamiento y actitud de la sociedad contemporánea, en detrimento quizá de las identidades pero con el positivo resultado de facilitar la convivencia y generar símbolos y códigos de comunicación que han contribuido a la paz entre las naciones desarrolladas. El rock y la música pop fueron interpretados en esos años como testimonios de la evolución del sistema capitalista de postguerra al grado de que en los regímenes de la esfera soviética fueron prohibidos.

Eran los años del llamado “milagro mexicano”, un tipo de cambio fijo del dólar a 12.50; la economía crecía al 6%; nuestras reservas internacionales eran de 575 millones de dólares y una llamada telefónica costaba aquellos emblemáticos 20 centavos. La empresa Automex, filial mexicana de Chrysler, puso en venta un modelo deportivo llamado Barracuda con una enorme ventanilla trasera incapaz de superar las ventas que el Ford Mustang venía dominando durante tres años. Mientras que en el mercado de autos compactos el Renault Gordini retaba sin éxito el predominio del único modelo de la empresa Volkswagen.

En la televisión había 3 canales comerciales y uno gubernamental, el canal 11.

Fueron años de definiciones, en donde el reclamo de los jóvenes por mayor participación política llegaría a la confrontación tres años después.

Hoy, a medio siglo de distancia, quizá no medimos la dimensión de los logros presentes, como que los mercados abiertos nos brindan mayores opciones que nos han permitido alcanzar lugares importantes en el comercio mundial en la fabricación de automóviles, productos electrónicos, turismo y muchas industrias más. Gozamos de una amplia oferta diversificada en los medios de comunicación, la libertad de expresión está vigente en los medios impresos, electrónicos y en las redes sociales. La diversificación también ha ampliado la oferta política, y los grupos que en aquellos años enfrentaban al gobierno hoy forman parte del mosaico de partidos que nos gobiernan. Fueron tiempos en los que México buscaba un lugar entre los 77 países más pobres del llamado Tercer Mundo. Actualmente somos reconocidos como unas de las 20 economías más importantes. Y todo ello no es por milagro, sino por los esfuerzos de muchas generaciones.

Rúbrica. Más allá de la botana. Valiosa la política de fomento a la gastronomía. Nuestra cocina es patrimonio intangible y sus beneficios económicos y sociales son indiscutibles. ¡Buen provecho!

Político, escritor y periodista.

@AlemanVelascoM

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