La discriminación perpetúa la desigualdad

En el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

La publicidad suele ser un espejo peculiar: no refleja lo que una sociedad es, sino lo que quisiera ser. Si ese querer ser es cierto, resulta revelador.

Lea usted la siguiente descripción que publica una empresa de casting en la Ciudad de México que debe seleccionar a niñas y niños para un anuncio de una tienda departamental. Dice la convocatoria que requiere “niñas y niños divinos, lindos, marcadamente atractivos, aspiracionales de aspecto”.

Para una campaña de una cadena de hoteles, la empresa pide “modelos mujeres AAA, de 20 a 30 años, latina internacional, tez blanca, de castañas a rubias, muy buen look, muy guapa, elegante, delgada, bonita sonrisa”.

Para un anuncio de celulares: “Hombre de 30 a 35 años. De latino internacional a rubio”.

Para lanzar un restaurante de comida rápida: “Actriz, latino internacional, de muy buen look, no güeras, no morenas, no sobrepeso, buen cuerpo”.

De entre las anécdotas que me relatan actores que van tras un papel en cine, reproduzco una representativa que me narra su protagonista: “Llegamos al casting y nos dividieron en dos grupos: de un lado los güeros y similares, y del otro lado los morenos y similares. Nos repartieron dos textos: uno para los güeros y otro para los morenos. El de los güeros indicaba que su papel iba a ser el de jóvenes adinerados, de buena familia; el de los morenos dejaba claro que la película nos necesitaba porque en la historia había delincuentes, mecánicos y albañiles”.

Las empresas de selección, las anunciantes o las cinematográficas dirán que es su derecho elegir al tipo de personas que aparecerán en sus anuncios o películas. Desde luego, no es el caso discutir esas decisiones, sino lo que nos dicen.

Y lo que nos dicen es que sus criterios de elección y asignación parten de estereotipos y también que, puesto que dominan su negocio, saben lo que el público quiere y espera.

Esto nos diría que el público mexicano espera, quiere o sabe que hay papeles asignados en la vida en función de la apariencia, lo que se asume como normal, incluso plausible. La superioridad jerárquica, la conducta exitosa, los privilegios para un cierto tipo de personas, y la inferioridad, la conducta reprobable o la vida difícil, para otro.

El Reporte sobre la discriminación en México 2012, elaborado por Conapred y coordinado por Ricardo Raphael, apunta que aunque las prioridades en México son muchas, hay una esencial: combatir la desigualdad. Y precisa: aun cuando la desigualdad económica y la de trato a veces conspiran juntas, no son lo mismo. “La desigualdad de trato es consecuencia de un cierre social dispuesto para distribuir libertades, derechos y bienes a partir de consideraciones varias que no son justas”, lo que hace que las asimetrías persistan y que se excluya a las mujeres y a los grupos sociales más vulnerables: indígenas, migrantes y personas con discapacidad, entre otros.

Dice el reporte: “Cuando la educación no multiplica las oportunidades, cuando la salud es un derecho ejercido por unos cuantos, cuando los tribunales juzgan en función de la apariencia física, cuando el mercado del trabajo deja fuera de la formalidad en el empleo a ocho de cada 10 jóvenes, cuando las y los indígenas son siempre los grandes perdedores, cuando ocho de cada 10 personas adultas no tienen acceso al sistema financiero tradicional, en fin, cuando la sociedad mexicana sostiene un cierre social sistemático para excluir a la mayoría, el problema de la desigualdad deja de ser sólo económico para convertirse en algo más grave”.

En efecto, la desigualdad de trato y la desigualdad económica se nutren mutuamente.

La discriminación, en consecuencia, no se reduce a la de por sí grave conducta que margina, rechaza o culpa sin sentido, sino que termina por ser un especie de fuerza o resignación colectiva que predestina a unos a las oportunidades y a otros a la pobreza perpetua.

Por ello es indispensable combatir la discriminación, origen y causa de desigualdad económica y social.

Especialista en DH y secretario general de la Cámara de Diputados

@mfarahg